NOTAS AL TEMA
PAPELES DE PANAMÁ: PRIMERAS ENSEÑANZAS
Guillermo E. Zúñiga
Chaves
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socollón se vivió a partir de la tarde del domingo pasado, cuando empezó a
circular por internet información sobre
los llamados “papeles de Panamá”. Se
revela un fenómeno de carácter mundial. La revista The Economist en un comentario del
5 de abril de 2016 señala que un estimado
del 8% de la riqueza mundial (US$7,6 trillones) está en cuentas off shore, la
mayor parte hecha a través de mecanismos perfectamente legales.
Y aunque
la información apenas empieza salir y a
dar sorpresas, ya quedan algunas enseñanzas.
VULNERABILIDAD DE LOS MEDIOS ELECTRÓNICOS.
La industria del “hackeo” va en
aumento y debe ser muy rentable. Nada de
lo que tenemos en nuestros equipos de trabajo electrónicos está seguro y cada
vez necesitamos más de estos medios para desarrollar nuestras actividades. En
el pasado se han vulnerado los sistemas informáticos de bancos, corporaciones y
gobiernos. En este caso fue este bufete
panameño.
Fronteras inexistentes. La OCDE en
una publicación del 4 de abril de 2016, relacionada con este caso, dice que en las transacciones financieras las
fronteras prácticamente son inexistentes. El capital, bajo distintas
formas, se mueve con fluidez a través del todo el globo. Si se quiere tener
algún control sobre estos movimientos, se necesita voluntad de cooperación
entre los distintos países. Este es un tema que ha estado presente en la agenda
del G-20 desde el 2009, como asunto a atender después de la Gran Recesión que
se vivió.
NO TODOS LOS CASOS SON IGUALES. El
material que se ha empezado a publicar deja ver la cantidad de países involucrados,
empresas, empresarios, y personalidades. Ahora bien, no por el hecho de aparecer
en esos archivos, quiere decir que los mencionados estén cometiendo
delitos. Precisamente ese bufete asesora
legalmente, a quienes podían pagarle. Y como
dice The Economist en ese mismo
comentario es muy posible que en estos papeles estén mezclados operaciones de mucho
tipo.
NECESIDAD DE VER CADA CASO EN FORMA
SEPARADA. Al no haber igualdad en todos los casos, es necesario analizarlos
uno por uno, para llegar a conclusiones. Hacen
bien las autoridades nacionales en decir que van a darle seguimiento a lo que
la prensa ha vendido informando. No me extrañaría que algunos de los casos
que se mencionan en Costa Rica hayan estado bajo escrutinio desde hace tiempo por
parte de las autoridades locales. Es muy temprano para hacer señalamientos y
sacar conclusiones.
CERRAR PORTILLOS. Aunque no todas las operaciones
off shore tengan por único interés
bajar la carga tributaria, este es una aspecto que se debe tener presente. Desde el punto de vista tributario también se debe hacer el análisis caso por caso. Días
atrás explicaba la diferencia entre la evasión
tributaria y la elusión tributaria. (Diario Extra, 30 enero 2016)
Decía que la elusión permite bajar el pago de impuestos, utilizando los instrumentos
legales.
El
Presidente Obama sintetizó el tema de manera sencilla: “Es un problema global”, dijo, y
Estados Unidos, no está al margen de él. “Muchas veces [las maniobras fiscales]
son legales, ese es el problema, se están aprovechando del sistema”, dijo
en una comparecencia en la Casa Blanca. Y más adelante dice: “Cuando
las compañías aprovechan los resquicios legales”, el lastre recae “sobre las
familias”. (El País, 5 de abril de 2016). Portillos en las leyes
facilitan estas acciones.
La RENTA MUNDIAL. Siempre he pensado que algún día llegaríamos a gravar
la renta mundial, pero creía que no
era el momento para hacerlo. Este concepto significa que no importa donde
generemos nuestras ingresos, en el país o en el extranjero, debemos reportarlo
al fisco y tributar sobre ellos. Hoy pienso que no hay que dilatar esta
decisión. Acepto que las personas puedan mover sus capitales y su riqueza
donde sientan más cómodos. Pero si esos recursos generan réditos a sus dueños, deben
ser sujeto de gravamen.
El proyecto de ley del impuesto sobre la renta, debe considerar
criterios modernos que incluyan no solo la globalidad de las rentas, sino que
debe incorporar un tratamiento sobre lo que se genere en el extranjero.
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