NOTAS AL TEMA
URGE PLAN INTEGRAL
Guillermo E. Zúñiga Chaves
Esta semana el Banco Central presentó la Revisión del Programa Macroeconómico 2019-2020 (PM) y, con esto, confirmó lo mal que va nuestra economía. El crecimiento esperado para este año es únicamente 2,2%, un punto porcentual por debajo del 3,2% que había anunciado a principios de año. Y para el año entrante reduce el pronóstico a 2,6%, frente a 3,0% que había dicho originalmente. Por ello el desempleo y el subempleo. ¡Esto no pinta bien!
EL INFORME DEL BANCO TIENE UNA GRAN CONTRADICCIÓN. Por una parte dice que con la aprobación de la ley fiscal el mercado financiero local mejoró su confianza, pero al mismo tiempo reconoce que esto no ha sido suficiente para impulsar la inversión internamente. “De hecho, las encuestas siguen mostrando niveles altos de desconfianza, incertidumbre y pesimismo entre los consumidores e inversionistas”. (Rodrigo Cubero, Presentación de la Revisión del PM). ¿Hay o no hay confianza?
El consumo de los hogares fue menor este semestre comparado con el primer semestre del año pasado y la inversión fue también mucho más baja. Claramente se redujo el mercado interno. Además, la inversión pública ha estado por debajo de los niveles esperados, por sub ejecución de los proyectos, debido a problemas de gestión.
Y en el frente externo hay dudas sobre la evolución de la economía global. Ya nuestras exportaciones fueron menores este semestre comparadas con las del año pasado. Lo que está “sosteniendo la burra” es el ingreso de inversión extranjera que compensa el desbalance externo y, sobretodo, el endeudamiento externo que se le ha ofrecido a Hacienda (Eurobonos y préstamos con bancos multilaterales), lo que permite proyectar saldos de reservas mayores e induce el tipo de cambio a la baja.
En estas condiciones, a pesar de los esfuerzos del Central por bajar los intereses, se proyecta un crecimiento menor del crédito al sector privado para lo que resta de este año y para el 2020.¿Reactivación?
Este cuadro repercute en los resultados fiscales con déficits proyectados del Gobierno Central mayores para este año y el siguiente, y un aumento importante en el endeudamiento que se estima en 62.0% del PIB para el 2020. Esta es una cifra muy alta. ¡Ojo con la calificación de riesgo soberano!
ZAPOTE REACCIONA.“…el Presidente de la República, le pidió a los costarricenses este martes hacer a un lado el negativismo, sentimiento que asegura no colabora en momentos cuando el crecimiento económico será menor del proyectado para 2019”. Y anadió: “para hacer un llamado a la paz social, unir esfuerzos para generar confianza y enviar señales positivas a la economía nacional, tarea que no es solo del gobierno, sino también de la población”. (Diario Extra, 24 de julio 2019).
UN PAÍS COMO COSTA RICA REQUIERE IMPULSAR DOS MOTORES. Por una parte, debe ser cuidadoso con el manejo de sus relaciones internacionales, diplomáticas y económicas, que nos ofrece mercados amplios, tanto por el número de consumidores como por la capacidad de compra de esos consumidores. Por otra debe cuidar el mercado interno, que sigue siendo el destino de buena parte de la producción de las pequeñas y medianas empresas, generadoras importantes de empleo, que impacta la distribución de ingresos y promueve el desarrollo.
A lo largo de la historia hemos construido un estado de bienestar que nos ha dado una política social envidiable y una sociedad en armonía. Mantener ese estado de bienestar cuesta plata y es nuestra responsabilidad cuidarlo. La discusión hoy se centra en cómo vamos a hacer para financiarlo ante los nuevos retos que aparecen, garantizando al mismo tiempo la competitividad productiva en todos los sectores.
RESUMO EL PROBLEMA ECONÓMICO. ¿Cómo mejorar la competitividad nacional, que genere el excedente para financiar el estado de bienestar? Se requiere una propuesta integral desde el Gobierno, más allá del llamado al optimismo. Se evitaría, de esta manera, que cada sector “jale para su saco”, y se podrían canalizar las sugerencias desperdigadas, que a diario aparecen y que, de alguna manera, interrumpen el manejo del Gobierno. Para eso se requiere claridad, liderazgo y voluntad.