NOTAS AL TEMA
TIEMPOS DE PRUDENCIA
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
El Banco Central de Costa Rica, en la Revisión del Programa Macroeconómico 2018-2019 (P.M.) bajó la
estimación del crecimiento de la economía. La
actividad económica se desaceleró. El volumen de crédito a las actividades productivas
ha sido menor en lo que va de este año. La morosidad de las carteras de los
bancos ha aumentado. (P.M., pág. 4). Se
sabe que las utilidades de los bancos han bajado. Lamentablemente el gobierno no ha hecho público un programa de
reactivación económica.
CAYÓ EL
CONSUMO. Una de las causas del menor crecimiento
económico lo explica el BCCR por “…el efecto de la desaceleración en el ingreso
disponible bruto real sobre la demanda interna, principalmente sobre el consumo
final de los hogares …”. (P.M., pág.13). A la gente no le alcanza la plata
y entonces no compra. Tampoco hay dinamismo en la inversión privada.
Esta es la gran contradicción de las políticas de austeridad. Como se le
reducen los ingresos a las personas, pues la gente compra menos. Y no hay que olvidar,
al mejor estilo keynesiano, que si no hay quien demande, pues no hay interés en
producir, ni en invertir. Entonces la economía se desacelera. La opción desde
luego es exportar. El único problema es que los vientos que corren en el mundo
son una carrera por el proteccionismo y una eventual guerra comercial.
Y
este dibujo presentado es importante tenerlo presente, ahora que se está tratando
de hacer un ajuste fiscal. A como pintan los recortes al texto que propuso el
Gobierno, se va a recoger mucho menos de lo que se calculaba o se necesita. Parece ser que el proyecto va a quedar como
un queso lleno de huecos. Esto va a obligar a que los recortes de gasto del
Gobierno sean mayores, con lo que se va a afectar la demanda interna y con ello
la producción.
De
igual forma, los nuevos impuestos van a hacer que la gente, tanto los productores
como los consumidores, tengan menos recursos disponibles para demandar. Estos balances deben tenerse en cuenta a la
hora de aprobar la reforma. Lamentablemente no está clara la dosificación
con que se están combinando estos esfuerzos.
Este cuadro no ayuda a la situación fiscal. La desaceleración económica está golpeando la recaudación de
impuestos. Ya nos avisaron que va un
nuevo presupuesto extraordinario por ₡ 300.000 millones.
Esto viene a ser casi 1% del PIB adicional. Con lo cual el déficit este año va a ser mayor al que proyectó el Banco
Central en su Revisión del P.M.
D. Rodrigo Cubero, nuevo Presidente Ejecutivo del Banco Central,
dijo este jueves que la evolución de algunas variables que ha visto después, de
la publicación del P.M., le sugieren que
hay “una mayor presión fiscal”. Pienso que esto confirma mi temor.
PARA EL AÑO ENTRANTE la Contraloría General de la República estima que los ingresos
del Gobierno van a ser menores, en términos absolutos, a los que calculó para
el año pasado. Y el presupuesto del otro año tendrá que enfrentar más pagos por
amortizaciones y por intereses. Quedará muy poco para otras necesidades.
Hacienda tendrá también que ir a gestionar más deuda en el mercado
local. En medio de esto, D. Rodrigo nos anuncia que el BCCR tiene programado
este semestre participar menos en las subastas, con lo cual le abre espacio
a Hacienda para que recoja recursos. A pesar de esto, se espera que las tasas de interés suban. Y de paso anuncia que el tipo de cambio “se manejará
con mayor flexibilidad”, aunque en forma gradual. Sin duda, él tiene claro
que los bancos han dado préstamos en dólares. Algo abrupto, causaría estragos. De
paso insinúa que hasta ahora el tipo de cambio se ha manejado pensando en mantenerlo
estable.
CORRECCIÓN. Me parece que D. Rodrigo, con las declaraciones que dio esta
semana, lo que vino a hacer fue una corrección de temas claves que contenía la Revisión
del Programa Macroeconómico ¡Así de simple!
EN CONCLUSIÓN. Me quedo con las correcciones que hace D. Rodrigo. Producción floja, déficit fiscal más alto,
mayores captaciones de Hacienda, tasas de interés al alza, y tipo de cambio moviéndose.
Para peores, reforma fiscal debilitada. ¡Agárrese de la silla!