sábado, 25 de agosto de 2018

TIEMPOS DE PRUDENCIA. 25/8/2014

NOTAS AL TEMA

TIEMPOS DE PRUDENCIA

Guillermo E. Zúñiga Chaves

El Banco Central de Costa Rica, en la Revisión del Programa Macroeconómico 2018-2019 (P.M.) bajó la estimación del crecimiento de la economía. La actividad económica se desaceleró. El volumen de crédito a las actividades productivas ha sido menor en lo que va de este año. La morosidad de las carteras de los bancos ha aumentado. (P.M., pág. 4).  Se sabe que las utilidades de los bancos han bajado. Lamentablemente el gobierno no ha hecho público un programa de reactivación económica.

CAYÓ EL CONSUMO. Una de las causas del menor crecimiento económico lo explica el BCCR por “…el efecto de la desaceleración en el ingreso disponible bruto real sobre la demanda interna, principalmente sobre el consumo final de los hogares …”. (P.M., pág.13). A la gente no le alcanza la plata y entonces no compra. Tampoco hay dinamismo en la inversión privada.
Esta es la gran contradicción de las políticas de austeridad. Como se le reducen los ingresos a las personas, pues la gente compra menos. Y no hay que olvidar, al mejor estilo keynesiano, que si no hay quien demande, pues no hay interés en producir, ni en invertir. Entonces la economía se desacelera. La opción desde luego es exportar. El único problema es que los vientos que corren en el mundo son una carrera por el proteccionismo y una eventual guerra comercial.
Y este dibujo presentado es importante tenerlo presente, ahora que se está tratando de hacer un ajuste fiscal. A como pintan los recortes al texto que propuso el Gobierno, se va a recoger mucho menos de lo que se calculaba o se necesita. Parece ser que el proyecto va a quedar como un queso lleno de huecos. Esto va a obligar a que los recortes de gasto del Gobierno sean mayores, con lo que se va a afectar la demanda interna y con ello la producción.
De igual forma, los nuevos impuestos van a hacer que la gente, tanto los productores como los consumidores, tengan menos recursos disponibles para demandar. Estos balances deben tenerse en cuenta a la hora de aprobar la reforma. Lamentablemente no está clara la dosificación con que se están combinando estos esfuerzos.
 Este cuadro no ayuda a la situación fiscal. La desaceleración económica está golpeando la recaudación de impuestos.  Ya nos avisaron que va un nuevo presupuesto extraordinario por 300.000 millones. Esto viene a ser casi 1% del PIB adicional. Con lo cual el déficit este año va a ser mayor al que proyectó el Banco Central en su Revisión del P.M.

D. Rodrigo Cubero, nuevo Presidente Ejecutivo del Banco Central, dijo este jueves que la evolución de algunas variables que ha visto después, de la publicación del P.M., le sugieren que hay “una mayor presión fiscal”. Pienso que esto confirma mi temor.

PARA EL AÑO ENTRANTE la Contraloría General de la República estima que los ingresos del Gobierno van a ser menores, en términos absolutos, a los que calculó para el año pasado. Y el presupuesto del otro año tendrá que enfrentar más pagos por amortizaciones y por intereses. Quedará muy poco para otras necesidades.

Hacienda tendrá también que ir a gestionar más deuda en el mercado local. En medio de esto, D. Rodrigo nos anuncia que el BCCR tiene programado este semestre  participar menos  en las subastas, con lo cual le abre espacio a Hacienda para que recoja recursos. A pesar de esto, se espera que  las tasas de interés suban. Y de paso anuncia que el tipo de cambio “se manejará con mayor flexibilidad”, aunque en forma gradual. Sin duda, él tiene claro que los bancos han dado préstamos en dólares. Algo abrupto, causaría estragos. De paso insinúa que hasta ahora el tipo de cambio se ha manejado pensando en mantenerlo estable.

CORRECCIÓN. Me parece que D. Rodrigo, con las declaraciones que dio esta semana, lo que vino a hacer fue una corrección de temas claves que contenía la Revisión del Programa Macroeconómico ¡Así de simple!

EN CONCLUSIÓN. Me quedo con las correcciones que hace D. Rodrigo.  Producción floja, déficit fiscal más alto, mayores captaciones de Hacienda, tasas de interés al alza, y tipo de cambio moviéndose. Para peores, reforma fiscal debilitada. ¡Agárrese de la silla!



sábado, 18 de agosto de 2018

¿POLITIQUERÍA O TRANSPARENCIA? 18/8/2018

Notas al tema

                                                    ¿POLITIQUERÍA O TRANSPARENCIA?
Guillermo E. Zúñiga Chaves
Varias personas me han pedido que explique por qué razón el Ministerio de Hacienda se vio obligado a pagar amortizaciones de deuda sin tener autorización presupuestaria. Ensayo una hipótesis, puesto que no tengo acceso a toda la información que me permita hacer una relación de hechos precisa. Para eso existen órganos de control, tanto en el campo administrativo como en el político. La rendición de cuentas es un mecanismo propio de las democracias. 

1- Cuando se presentó el presupuesto para este año, el Gobierno anterior nos dijo: “El proyecto de presupuesto 2018 evidencia compromiso de Gobierno con la contención del gasto, (cero crecimiento)” (Pág. 9, Exposición de Motivos). 

Cito: “… debido a una adecuada gestión de la política de endeudamiento al utilizar los canjes de deuda para evitar atender una importante suma de vencimientos en 2018, la amortización cae en -13,1%...”. (Pág. 10, Exposición de Motivos). 

2- En el segundo semestre del año pasado, el Ministerio de Hacienda le informó al país que estaba trabajando en la venta de hasta unos US$ 1.500 millones de bonos de deuda a través de un contrato de colocación. Esa era la expectativa cuando se hizo el presupuesto. Pero esta operación se les cayó.

3- Entonces, en el último cuatrimestre de 2017 se dieron una gran cantidad colocaciones de deuda a corto plazo, con vencimiento durante el 2018. Y “El volumen de canjes de deuda realizado en el primer semestre del año 2018, estuvo muy por debajo de lo estimado en la elaboración del Presupuesto 2018”. (Pág. 3, Exposición de Motivos, Primer Extraordinario de 2018). 

Esto quiere decir que el Gobierno se vio obligado a hacer colocaciones a corto plazo, pensó que podría hacer canjes de deuda, con lo cual no tenía que informar a la Asamblea Legislativa. Pero los canjes esperados no se dieron y los vencimientos (a corto plazo) se vinieron encima. Como el Gobierno anterior no avisó a tiempo, Hacienda se vio obligado a hacer los pagos de las amortizaciones sin tener la autorización presupuestaria. 

4- NUEVAS ESTIMACIONES. Con este endeudamiento adicional que Hacienda le está pidiendo a la Asamblea, el Banco Central estima que la deuda este año subirá 4.8 puntos porcentuales respecto al cierre de 2017. Ahí mismo dice que el nuevo cálculo del déficit lo estima en -7,5% del PIB. (Certificación del BCCR, GER 0200-2018, del 27 de julio de 2018).

REACCIONES. Ya hubo la primera reacción internacional. La calificadora Moody´s le explica a los inversionistas que bajo la ley costarricense el Gobierno necesita autorización legislativa para emitir deuda y también para hacer los pagos, y que esos límites los define la ley de presupuesto. 

Después sentencia: “Estos pagos adicionales del capital no se habían autorizado en el presupuesto original de 2018 y el gobierno violó el límite legal en junio. El problema pone de relieve la falta de supervisión financiera adecuada de Costa Rica y la continua dependencia de la deuda a corto plazo, un factor de crédito negativo”. (Traducción libre. Comentario publicado por Moody´s el 13 de agosto de 2018). Este es de los comentarios más duros y más negativos que he leído sobre el manejo fiscal del país. 

Y también se dio una reacción interna. Hacienda logró captar esta semana, pero subiendo los rendimientos que paga. La presión al aumento de las tasas de interés sigue presente. 

CONCLUYO. No hubo tal “crecimiento cero del presupuesto” del 2018; no hubo tal “adecuada gestión de la política de endeudamiento” como dijo el Gobierno anterior. Los ₡ 600.000 millones adicionales que se necesitan para enfrentar las amortizaciones de este año, representan un aumento de 37% en esta partida respecto a lo que originalmente se presupuestó. De haberse incluido ese monto (que ahora sabemos se necesita) el presupuesto del 2018 habría crecido casi un 10%. Sin duda, se hubiera visto muy mal. 

D. Helio dice que a él no le informaron de esta situación; D. Rocío dice que a ella tampoco le informaron. El Presidente dice que él avaló los pagos aunque no tenían contenido presupuestario. Es imperativo aclarar estos hechos. No es politiquería.



sábado, 11 de agosto de 2018

EL DAÑO ESTÁ HECHO. 11/8/2018

NOTAS AL TEMA

EL DAÑO ESTÁ HECHO

Guillermo E. Zúñiga Chaves

El Ministerio de Hacienda nos dio una nueva sorpresa esta semana. Cuando la señora Ministra D. Rocío  Aguilar fue a la Comisión de Asuntos Hacendarios a solicitar la aprobación del primer presupuesto extraordinario  (que le permita utilizar 600.000 millones para amortizar deuda), reconoció que habían hecho pagos por 48.000 millones sin tener autorización presupuestaria. (“Hacienda paga 48.000 mills. de deuda de forma ilegal”; Diario Extra, 8 de agosto de 2018, pág. 3).

Precisamente, Hacienda solicitó este presupuesto para poder amortizar deuda; pero en su trámite, apareció el hecho que esos pagos se están haciendo sin autorización legislativa. Desde luego, la pregunta que los mismos legisladores se hicieron es para qué fueron a pedir permiso, si ya lo estaban haciendo.

Contratos de colocación. Con esto de los pagos de amortización de deuda “no previstos” en el presupuesto, se han intentado los más variadas explicaciones o excusas. Pero hay un hecho que parece haberse olvidado.  En el segundo semestre del año pasado, el Ministerio de Hacienda le informó al país que estaba trabajando en la venta de hasta unos US$ 1.500 millones a través de un contrato de colocación. Esto vendría a solucionar los problemas de caja de fin y principio de año.

Un contrato de colocación  es un mecanismo por medio del cual el Gobierno puede colocar una emisión de bonos a través de un intermediario quien presta los servicios de colocación y distribución de valores. (Artículo 42 del Reglamento de Oferta Pública de Valores). Todavía hacia finales del año se hablaba de esta opción, aunque nunca se supo quién sería el agente colocador y quién sería el comprador internacional de esos bonos. Mucho menos supimos a qué plazo se estaba planeando  contratar esa deuda.

Este negocio se cayó, lo que obligó a hacer colaciones de corto plazo. Pero nada de esto nos dijeron, ni tampoco lo dijeron cuando  a finales de febrero de este año, se presentó el plan de endeudamiento para el primer semestre de 2018.

La apuesta fue que esos vencimientos se podrían manejar por medio de canjes de deuda, para lo cual,  de acuerdo a la práctica, no sería necesario pedir autorización presupuestaria.  Pero el mercado no reaccionó favorablemente. Ahora sabemos que los canjes no se dieron. Entonces, no les quedó más remedio a las autoridades hacendarias, que ir a explicar a la Asamblea, que necesitan  la autorización del presupuesto extraordinario, para hacer frente  a esas amortizaciones.

La señora Ministra se queja que no fue informada. Y ahora reconoce que desde junio se ha venido haciendo frente a esas amortizaciones sin tener contenido presupuestario. En palabras simples, se ha tomado fondos de la caja general, para pagar esos compromisos.

Desde luego entiendo que no haber pagado posiblemente hubiera sido un mal mayor. Si no amortizamos a tiempo, caemos en incumplimiento (default, se le llama en la jerga);  cosa gravísima. Pero el haberse tardado tanto tiempo para informar a la Asamblea Legislativa de la situación, es también muy grave, inaceptable y en la de menos, malicioso, tomando en cuenta que desde principios de año los responsables debían conocerlo. Los inversionistas no ven con buenos ojos estas cosas; se crea demasiada incertidumbre.  El mercado nos va a cobrar estos manejos y el endeudamiento futuro va a ser en condiciones muy duras para el país.

LA CONTRALORÍA. Para terminar de hacerla, este jueves la Contraloría General de la República, en su informe Evolución Fiscal y Presupuestaria del Sector Público - Primer Semestre 2018, nos dice que el monto de las amortizaciones de títulos de la deuda sin contar con el necesario contenido presupuestario al 31 de julio de 2018 por un monto de ¢182 mil millones (¢48 mil millones de corto plazo y ¢134 mil millones de largo plazo)...”.  La cifra resultó ahora casi 4 veces más grande que la originalmente informada.

CONCLUYO. No hacer esas amortizaciones a tiempo, sería fatal. Hacerlas sin los contenidos presupuestarios correspondientes,  es igualmente grave. La aparición de  cifras cada vez distintas y mayores, es una pésima señal, con enormes consecuencias negativas. Esto hay que pararlo.


sábado, 4 de agosto de 2018

¿HABRÁ GATO ENCERRADO? 4/8/2018

NOTAS AL TEMA

¿HABRÁ GATO ENCERRADO?

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Tenía interés en seguir hablando de los riesgos presentes en el desempeño económico del país. Pero lo que anunció Hacienda  esta semana merece un comentario.

¡BRINCÓ LA LIEBRE! “Gobierno pide 600 mil millones para pagar deuda”, pues “Administración Solís no incluyó recursos en presupuesto anterior”. (Diario Extra, 1 de agosto de 2018, pág. 3). Esta es un cifra tan grande, que me cuesta creer que el faltante apareciera hasta ahora.

“Yo no tenía idea de esa diferencia” dice la Ministra de Hacienda (La Nación, 1 agosto, pág. 14-A). La sorprendida no fue solo ella; fuimos todos. El mercado debe estar “resfriado”.  Pésima señal.   Una explicación que se da es que el Gobierno tenía pensado hacer canjes de deuda en el primer semestre de este año, que no se lograron concretar. El mercado y los inversionistas no les respondieron como esperaban. Presión adicional sobre la caja del Gobierno.

Otra explicación es que a final del año pasado, después de que se mandó el presupuesto, el Gobierno tuvo que hacer más colocaciones de deuda y entonces se cerró el año con más deuda. Lo que se concluye es que esa deuda adicional fue de corto plazo  pues está venciendo ahora. Otra señal de problemas serios en Tesorería.  

Si hay más deuda de corto plazo, y no se concretaron los canjes de deuda, Hacienda tiene que explicarle a la Asamblea que no tiene presupuestados esos recursos para enfrentar esas amortizaciones, y debe pedirle autorización para endeudarse para amortizar la deuda. Es lo que hizo esta semana.

Hagamos un poquito de historia. En la exposición de motivos del proyecto de presupuesto del 2018, nos dijeron que la amortización de la deuda para el 2108 más bien disminuía respecto al 2017. Cito: “… debido a una adecuada gestión de la política de endeudamiento al utilizar los canjes de deuda para evitar atender una importante suma de vencimientos en 2018, la amortización cae en -13,1%...”. (Pág. 10 de la Explosión de Motivos).
Más adelante dedicaban todo un apartado para explicar la “estrategia de endeudamiento” (pág. 82 y siguientes)  que permitía tener credibilidad en las autoridades económicas,  incrementando la certidumbre en el desempeño económico. Esto fue lo que nos vendieron. El anuncio de esta semana es lo contrario y  más bien crea incertidumbre.
Además nos dijeron que el total del presupuesto para el 2018 era de 9.3 billones, lo que representaba un crecimiento de 3,2% respecto al año 2017. Esa cifra le hace a uno pensar que es más o menos el aumento de la inflación, con lo que no habría carecimiento en términos reales. Pero si hubieran tenido que incluir en el proyecto de presupuesto estos 600.000 millones como parte de la amortización, el crecimiento habría sido un 9,9%, cifra que hubiera llamado la atención de cualquiera.  Una cosa es que crezca 3,2% y otra cosa es que crezca casi 10%. La venta del producto es muy distinta.
¡Ojo!, si se hubieran dado los canjes de deuda,  no nos habríamos dado cuenta de esta situación.
Claro,  cabe preguntarse por qué para un canje de deuda no es necesaria la autorización presupuestaria, mientras que para las otras formas de amortización de deuda sí es necesario. Tema abierto a debate.

La Ministra de Hacienda ya anunció que pronto va a enviar otro prepuesto extraordinario, por unos 300.000 millones, pues la recaudación se ha caído. Esta señal, junto a la noticia de esta semana, no ayuda para nada, crea incertidumbre, y vuelve a los mercados y a los inversionistas más exigentes.  Puede inclusive meter ruido a la discusión fiscal.

CONCLUYO. El 17 de marzo de este año, entre la primera y segunda ronda electoral decía: “Bien harían los dos señores Alvarado en darse una vuelta por la Tesorería Nacional”. (“Las primeras de cambio” en http://notasaltema.blogspot.com). La presión por liquidez que se puede venir, posiblemente  va a exigir mucha dedicación de las autoridades a partir del 8 de mayo”. Pero es hasta ahora que las autoridades reconocen este enorme compromiso. ¡Dios mío!, ¿cómo no vieron semejante gato?