NOTAS AL TEMA
“LA INERCIA NO SERÁ SUFICIENTE…”
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
El Presidente D. Carlos Alvarado nos hace un llamado para que
volvamos a ser el “país excepcional”, que es respetado y admirado. Señala éxitos alcanzados, de los que todos nos
sentimos orgullosos, que le han dado a Costa Rica un reconocimiento en el
mundo. La abolición del ejército, las
garantías sociales, el impulso a la educación, el respeto a los derechos
humanos, el manejo de lo ambiental, para citar algunos.
Mucha agua ha corrido debajo de este puente, como para permitir
que se denigre toda la acción social y política que ha permitido estos avances.
Lo hemos construido entre todos, a lo
largo de muchas décadas, sin faltar los altibajos. Lo cito textual: “Así fue como se construyó Costa Rica: con
prioridad para la educación, énfasis en los Derechos Humanos y atreviéndonos a
innovar; con justicia tributaria y social, alcanzada mediante el diálogo y
trabajando unidos; con la apuesta por la paz y en procura del balance con el
ambiente.”
“Pero ese espíritu se adormiló”.
Fue una forma muy prudente de decirnos que las cosas no están bien. De ahí pasó
a señalar los siete ejes fundamentales en su hoja de ruta y a solicitar sacrificios.
No hay ataque, no hay confrontación política. La forma de este mensaje obedece a la necesidad que tiene el gobierno
de tender puentes con las fuerzas políticas y las fuerzas sociales.
Además,
la historia ha demostrado, que quienes llegan al poder echando tierra sobre sus
antecesores o adversarios políticos, terminan consumidos en la misma tierra que
tiraron. Muchas veces, insistir en las fallas encontradas, no es más que una excusa
para esconder la incapacidad de enfrentar los problemas, siendo que en campaña el
candidato ha ido por los pueblos a ofrecer que puede arreglar las cosas.
LA SOBRINA Y LA NIETA. No puedo pasar por alto
esta mención que hace el Presidente. D. Patricia, sobrina de D. Manuel Mora y
D. Dyalá, nieta de D. Pepe Figueres, están en su gabinete. La decisión política tomada y
la mención en el discurso del 8 de mayo
tienen un simbolismo especial.
No me interesa el hecho como anécdota. La referencia al Pacto de
Ochomogo me conmovió. Allá, después de dolorosos enfrentamientos entre
hermanos, se llegó a acuerdos que no solo protegieron las Garantías Sociales,
sino que mostraron la capacidad de dos
líderes, Figueres y Mora, para llegar a compromisos. Se crearon también condiciones para la construcción del pacto social que nos ha
guiado desde la segunda mitad del siglo XX, y que nos ha permitido disfrutar
de los éxitos que el Presidente expuso en su discurso.
Ese pacto social se nos está
agotando. Nos dividimos por
enfoques políticos; nos dividimos por la mala distribución de la riqueza; nos
dividimos porque hay regiones más desarrolladas que otras; nos dividimos entre
los empleados y los desempleados; entre los que terminan la educación y los que
tiene que abandonar las aulas; nos dividimos hasta por cuestiones religiosas o
por la inclinación sexual de las personas. Hay intolerancia. La cobija no
alcanza para todos y las tensiones están a la luz del día. O para decirlo más
técnicamente, el excedente económico no
se está repartiendo bien y muchos
compatriotas están quedando excluidos de los frutos del desarrollo.
En los siete ejes que el Presidente identificó hay caminos para la
mejora y el acuerdo. Habrá otros momentos para reflexionar sobre algunos de
ellos. Por ahora sólo quiero reiterar
que el acuerdo fiscal a que lleguemos reflejará los cimientos del pacto social
que construimos. El pacto fiscal
define en mucho al pacto social, pues definirá el reparto de las cargas.
CONCLUYO. ¿Será mucho pedir que la Costa Rica del Bicentenario se plantee la
posibilidad de la refundación del pacto? La mención que hace
el Presidente de ese hito histórico abre el espacio para pensarlo. Que así sea,
por el bien de todos.
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