sábado, 9 de diciembre de 2017

SALIÓ HUMO BLANCO. 9/12/2017

NOTAS AL TEMA

SALIÓ HUMO BLANCO.

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Sí, salió humo blanco y muy rápido.  El Proyecto conocido como Regla Fiscal, que impulsa el PUSC, ya fue dictaminado por una Comisión Especial de la Asamblea Legislativa. Pero vean qué maravilla: este proyecto necesitó solo de un mes para dictaminarse. Y estamos hablando, nada más y nada menos, de una reforma parcial a la Constitución Política. ¡Qué eficiencia! En ese plazo, se recibieron en audiencia a 14 personas.

Lo primero que se demuestra es que en esa Asamblea,  que todo el mundo ataca por ser lerda, ineficiente, “vagabunda”, cuando se lo proponen, pueden hacer las cosas bien rápido.  Claro, lo que hay detrás es un acuerdo político. En este caso, el acuerdo es sobre la  visión fiscal restrictiva.  Porque eso es lo que hay ahí.

ESTABA EQUIVOCADO. Lo otro que se demuestra, es que yo estaba equivocado. Había dicho que con este proyecto “el PUSC, en representación de la ortodoxia económica, mete el gol". (Notas al Tema, Diario Extra, 4 de nov. 2017). Y agregaba, “Sin duda, esta iniciativa define la línea económica de este partido”. 

Pues resulta que el dictamen afirmativo de mayoría lo firman el partido proponente, los libertarios (que siempre han apoyado esta ideas), y  ¿sorpresa?,  lo apoyan también Liberación Nacional y el PAC. Como quien dice la ortodoxia económica, la “restricción fiscal”, encaramó en su tren a lo poco de heterodoxia económica  que, ingenuamente pensé, todavía podía existir. ¿Se enterró la socialdemocracia económica? Por lo menos nadie la reivindicó.   Entiéndase entonces,  que se están decantando las posiciones económicas que llevan los candidatos y sus partidos.

En ese mismo comentario del 4 de noviembre decía: “La campaña debe aprovecharse para discutir este tema y dejarnos claro si están o no de acuerdo. Al fin les tocará a los próximos diputados dar la última palabra”.  Lo que ya sabemos es que esos partidos comparten esta visión. Por eso no hay debate; por eso el elector no ve mayores diferencias. En un tema de tal importancia, rapidito se alinearon.

PONGO UN EJEMPLO.  El dictaminen de mayoría propone un nuevo texto, que en lo que nos interesa en este momento, se refiere a la restricción que impone a los presupuestos para que los gastos corrientes no puedan ser mayores a los ingresos corrientes. En el papel, esto suena razonable. Pero en la realidad las cosas no son tan fáciles.

Con datos del presupuesto para el año entrante tenemos que los ingresos corrientes están calculados en ¢5,2 billones de colones (esto son millones de millones); los gastos corrientes se estiman en ¢7,1 billones. Aquí ya estaríamos pasados de la pretendida regla en ¢1,9 billones. Esto es, si la regla fiscal estuviera vigente, habría que recortar gastos por ese monto.

Dentro de los gastos corrientes aparecen Sueldos y Salarios por ¢2.2 billones; Contribuciones Sociales por ¢0,4 billones; Compra de Bienes y Servicios por ¢0,3 billones; Pago de Intereses por ¢1,4 billones y transferencias corrientes por ¢2,8 billones. ¿Dónde meter la tijera?

¿VIABLE? Supongo que nadie estaría de acuerdo en dejar de pagar los intereses. Esto nos indica que el recorte de ¢1,9 billones debe salir de los otros ¢5,7 billones de gastos “que se pueden tocar”.  ¿Cuánta gente hay que tirar a la calle para bajar los salarios? ¿Cuántas oficinas cerramos para que no compremos bienes o servicios, para no pagar luz y agua? ¿Cuáles transferencias dejamos de pagar? ¿Las que van a universidades? ¿Las del Conavi? ¿Las de las municipalidades? ¿O las de Asignaciones Familiares?  En fin, ¿dónde se va a recortar ¢1,9 billones?  Vean que hay que cortar una tercera parte de ese gasto “que se puede tocar.  Porque ese es el ajuste que demanda esta reforma y esos serían las partidas a recortar. ¿Viable?

CONCLUYO. El frío no está en las cobijas. La regla no resuelve nada. Aplicarla implica, con datos al 2018, reducir al Gobierno Central en una tercera parte. Lo que se necesita es un pacto fiscal, un acuerdo nacional, que reparta la carga del ajuste entre todos. Pero eso nos ha tomado una eternidad. Ojalá los partidos fueran igualmente rápidos  para negociar este pacto. ¡Luego es tarde!


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