sábado, 17 de junio de 2017

FORMA EQUIVOCADA DE HACER POLÍTICA. 17/6/2017

NOTAS AL TEMA

FORMA EQUIVOCADA DE HACER POLÍTICA

Guillermo E. Zúñiga Chaves

El historiador D. Iván Molina escribió esta semana un comentario que llamó “Criminalizar a los educadores” (La Nación, 14 de junio de 2017, pág. 28-A). Se refiere, entre otras cosas,  a la polémica que se da hoy sobre la responsabilidad que pueda caber a los maestros en el déficit fiscal. “Se acusa ahora a los docentes de desfinanciar el IVM y de intensificar el déficit fiscal” dice D. Iván.

No voy a entrar al fondo de los argumentos del comentario sobre el IVM, el traslado de los docentes a JUPEMA y su impacto fiscal. Son muchas las cifras, además contradictorias, y los argumentos  y contraargumentos abundan. No tengo los estudios a mano para poder valorarlos.

Pero sí me valgo de la llamada de atención que nos hace el título para decir que, lamentablemente, así se están manejando las cosas en Costa Rica. Unos criminalizan a otros, unos culpabilizan a otros de los males que nos aquejan, privilegiando esta estrategia sobre la búsqueda de soluciones.

RUTA EQUIVOCADA. Es una forma de hacer política. Se trata de ganar un criterio o una decisión por esta vía: condenar al contrincante, satanizarlo, deshonrarlo. Se le culpa y, de esta forma, se le desacredita.  Pero no se discute sobre las propuestas.

Es una ruta equivocada pues quedamos atrapados en estos ataques. Se puede criminalizar/culpar a los sindicatos, a los empresarios, con frecuencia a quienes participan en la actividad política o a cualquier otra persona que se quiera desautorizar. Pero para señalar a alguien como criminal/culpable debe existir un “supremo juez” que dicte esas sentencias, que se crea con autoridad para levantar el dedo acusador por encima de los demás. Dada la sentencia, no hay espacio para arreglos.

Los fenómenos sociales son bastante mÁs complejos. Difícilmente haya una causa única para un hecho social. Por ejemplo, los atrasos en la construcción de la infraestructura nacional no se pueden achacar a una sola causa o a un solo “culpable”. O los resultados en la Pruebas Pisa no son solo responsabilidad de los docentes. Y esto aplica a la situación del  IVM,  al tema fiscal, a las finanzas de la Caja, o a la elevada criminalidad y violencia que nos acecha.

El análisis de “causa única” es simplista y, en cierta medida, demagógico, pues induce a las personas a pensar que las soluciones son sencillas. Quite al culpable  y las cosas se arreglan. Puro simplismo del “juez supremo” que juzga y condena. Pero este estilo exacerba pasiones, fomenta la confrontación, aleja a las partes de cualquier compromiso.
Se crea además un clima de desconfianza alrededor los actores que no ayuda. Por ese camino no vamos a avanzar mucho. Buscar acuerdos pasa, entre otras cosas, por confiar en el interlocutor y construir una base común de interpretación del fenómeno que se tiene que remediar. Pero veo poca vocación para avanzar por esta vía. Y el país está enfrentando retos enormes en muchas áreas.

TENTACIONES. Surgen entonces dos grandes tentaciones. Por una parte tratar de resolver los problemas a través de la imposición. Esto no funciona mientras se respete la institucionalidad que tenemos. Por otro lado, se puede buscar al  “mesías impoluto que viene a salvar al mundo”. ¡Mucho cuidado! Ni uno, ni otro.

HABLAR CON LA VERDAD. Las agrupaciones políticas que pretenden gobernarnos y los candidatos que nos van a pedir el voto,  deben explicar con claridad cómo van a aflojar este nudo. Esto obliga a hablar con claridad y precisión. Exponer las prioridades que atenderá; explicar cómo entiende los problemas y precisar cómo los enfrentará.  De esa forma quien reciba el mandato mayoritario deberá aplicar la propuesta que nos ofrece. El programa presentado es su pacto con los ciudadanos. Seguir satanizando al contrincante es una estrategia política evasiva que no lleva a ninguna solución.




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