sábado, 4 de febrero de 2017

JUEGOS DE LA PRESIDENCIA. 4/2/2017

NOTAS AL TEMA

JUEGOS DE LA PRESIDENCIA

Guillermo E. Zúñiga Chaves

¿Cómo pretende el Poder Ejecutivo construir acuerdos si todo el tiempo cambia de posición? ¿No se da cuenta que estos vaivenes lo único que hacen es desgastar la imagen del Gobierno ante los ciudadanos, con lo que se mina la confianza y las esperanzas?  Se daña también el prestigio del país ante terceros en el exterior. El perjuicio que nos están  causando es inestimable. Las consecuencias negativas de estas decisiones políticas  serán irreparables.

REFORMA HACENDARIA. Desde hace rato el Gobierno nos ha planteado la necesidad de una reforma hacendaria. Las negociaciones han ido por el camino de pasar legislación que da instrumentos a la Administración Tributaria.  Se aprobó, en principio, el Impuesto a las Sociedades, y seguía el tema de las modificaciones al Impuesto sobre la Renta y la transformación del Impuesto de Ventas en un IVA. De por medio estaba la discusión sobre el manejo del gasto.

La Oposición fue clara en establecer que “algún  proyecto” sobre empleo público tenía que verse antes de hablar de impuestos. Y digo “algún proyecto”, pues lo que se pedía al Gobierno era dar pasos en esa dirección. Por presión externa, no por su iniciativa,  el Gobierno decidió convocar un proyecto sobre empleo público en las sesiones extraordinarias.

Con la disminución en la calificación de riesgo del país, el Gobierno hizo varios movimientos: a-acusa a la Asamblea de ser responsable por esa baja ya que no le aprueba las leyes para mejorar las finanzas, b-retira de la Asamblea el Proyecto de Empleo Público, c-anuncia que va a mandar otro proyecto de impuestos (“versión light”, ya lo llaman) mucho más modesto en alcance y en tasas (incorporando un elemento novedoso que es el aumento en el impuesto selectivo de consumo), y d-envía esta semana un proyecto que pone tope a los salarios altos en las instituciones públicas.

MANEJO LEGISLATIVO. Con este manejo de la agenda legislativa difícilmente pueda crear espacios de negociación con los diputados: primero los ataca, luego les quita proyectos que se venían conversando, les manda nuevos y les impone un plazo perentorio para que se pronuncien. Estos vaivenes no ayudan a crear puentes que sirvan para conseguir acuerdos. El Gobierno debe entender que no basta con “echarle los muertos a la Asamblea”.  Eso no le resta responsabilidades políticas.

EMPLEO PÚBLICO. Aunque al Presidente le moleste, lo cierto es que ante las presiones de los sindicatos, retiraron el Proyecto sobre  Empleo Público. El argumento es que no da  mayores ingresos al Gobierno Central. Por el lado sindical he leído que el proyecto incluía  alcances más amplios, que afectaba también otros derechos. Se sabe que este es un tema complicado, como todos los temas hacendarios.

La excusa de que el proyecto no tenía efectos en el corto plazo, no es de recibo. Regular la situación de los salarios y el empleo en el Sector Público es un tema que se ha tornado inaplazable. O lo hace este Gobierno, o lo tendrá que hacer el que viene. Pero eso habrá que atenderlo. Ya no por una situación de impactos inmediatos, sino precisamente, por una necesidad de racionalizar la administración  de los recursos humanos en el Servicio Público y por la sostenibilidad de las finanzas a largo plazo.

Los sindicatos tomaron la bandera de la huelga general indefinida; en lugar de entrar a negociar este u otro proyecto en la Asamblea. El Gobierno no quiso tomar el costo de enfrentarlos. Y ahora manda el “proyecto de los salarios altos”.  ¡Juego político!

REFORMA LIGHT. El Gobierno anuncia que ahora va a mandar otra reforma de impuestos; la “versión light”. ¿Para qué lo hace? ¡Para lavarse la cara! Para decir dentro de un tiempo que sí  mandó las iniciativas; que cumplió. O para simular que le están entrando al tema de fondo, cuando bien saben que los datos de la  recaudación potencial de esta versión light no alcanza para mayor cosa.

A MANERA DE CONCLUSION. ¿Creerán que los inversionistas internacionales no saben lo que aquí pasa? ¿O que irán a engañar a las calificadoras de riesgo? ¿O que nos “cuentearán”  a nosotros? El Gobierno decidió tirar la toalla.







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