NOTAS AL TEMA
JUEGOS DE LA PRESIDENCIA
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
¿Cómo pretende el Poder Ejecutivo construir acuerdos si todo el
tiempo cambia de posición? ¿No se da cuenta que estos vaivenes lo único que
hacen es desgastar la imagen del Gobierno ante los ciudadanos, con lo que se mina
la confianza y las esperanzas? Se daña
también el prestigio del país ante terceros en el exterior. El perjuicio que
nos están causando es inestimable. Las
consecuencias negativas de estas decisiones políticas serán irreparables.
REFORMA HACENDARIA. Desde hace rato el Gobierno nos ha planteado la necesidad de una
reforma hacendaria. Las negociaciones han ido por el camino de pasar
legislación que da instrumentos a la Administración Tributaria. Se aprobó, en principio, el Impuesto a las Sociedades,
y seguía el tema de las modificaciones al Impuesto sobre la Renta y la transformación
del Impuesto de Ventas en un IVA. De por medio estaba la discusión sobre el
manejo del gasto.
La Oposición fue clara en establecer que “algún proyecto” sobre empleo público tenía que
verse antes de hablar de impuestos. Y digo “algún proyecto”, pues lo que se pedía
al Gobierno era dar pasos en esa dirección. Por presión externa, no por su
iniciativa, el Gobierno decidió convocar
un proyecto sobre empleo público en las sesiones extraordinarias.
Con la disminución en la
calificación de riesgo del país, el Gobierno hizo
varios movimientos: a-acusa a la Asamblea de ser responsable por esa baja ya
que no le aprueba las leyes para mejorar las finanzas, b-retira de la Asamblea el
Proyecto de Empleo Público, c-anuncia que va a mandar otro proyecto de impuestos
(“versión light”, ya lo llaman) mucho
más modesto en alcance y en tasas (incorporando un elemento novedoso que es el
aumento en el impuesto selectivo de consumo), y d-envía esta semana un proyecto
que pone tope a los salarios altos en las instituciones públicas.
MANEJO LEGISLATIVO. Con este manejo de la agenda legislativa difícilmente pueda crear
espacios de negociación con los diputados: primero los ataca, luego les quita
proyectos que se venían conversando, les manda nuevos y les impone un plazo
perentorio para que se pronuncien. Estos vaivenes no ayudan a crear puentes que
sirvan para conseguir acuerdos. El Gobierno
debe entender que no basta con “echarle los muertos a la Asamblea”. Eso no le resta responsabilidades políticas.
EMPLEO PÚBLICO. Aunque al Presidente le moleste, lo cierto es que ante las
presiones de los sindicatos, retiraron el Proyecto sobre Empleo Público. El argumento es que no da mayores ingresos al Gobierno Central. Por el
lado sindical he leído que el proyecto incluía alcances más amplios, que afectaba también otros
derechos. Se sabe que este es un tema
complicado, como todos los temas hacendarios.
La excusa de que el proyecto no tenía efectos en el corto plazo,
no es de recibo. Regular la situación de
los salarios y el empleo en el Sector Público es un tema que se ha tornado inaplazable.
O lo hace este Gobierno, o lo tendrá que
hacer el que viene. Pero eso habrá que atenderlo. Ya no por una situación
de impactos inmediatos, sino precisamente, por una necesidad de racionalizar la
administración de los recursos humanos
en el Servicio Público y por la sostenibilidad de las finanzas a largo plazo.
Los sindicatos tomaron la bandera de la huelga general indefinida;
en lugar de entrar a negociar este u otro proyecto en la Asamblea. El Gobierno
no quiso tomar el costo de enfrentarlos. Y ahora manda el “proyecto de los salarios
altos”. ¡Juego político!
REFORMA LIGHT. El Gobierno
anuncia que ahora va a mandar otra reforma de impuestos; la “versión light”. ¿Para qué lo hace? ¡Para lavarse la cara! Para decir dentro
de un tiempo que sí mandó las
iniciativas; que cumplió. O para simular que le están entrando al tema de
fondo, cuando bien saben que los datos
de la recaudación potencial de esta
versión light no alcanza para mayor
cosa.
A MANERA DE CONCLUSION. ¿Creerán que los inversionistas internacionales no saben lo que
aquí pasa? ¿O que irán a engañar a las calificadoras de riesgo? ¿O que nos “cuentearán”
a nosotros? El Gobierno decidió tirar la
toalla.
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