NOTAS AL TEMA
EL PRESUPUESTO DEL 2018 (IV). EVITEMOS LOS
SIMPLISMOS.
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
El presupuesto se refiere a los gastos del Gobierno Central. Pero
el aparato público incluye otras instituciones
que tienen lógicas financieras distintas. Me refiero a las Instituciones Públicas
Financieras (ejemplo: bancos o el INS) y
a las Instituciones Públicas No financieras (ejemplo: ICE o Recope).
Estas otras instituciones públicas atienden negocios y brindan
servicios, por los que cobran precios, tarifas o tasas. En lugar de estar en
manos privadas, que también cobrarían por esos servicios, en Costa Rica una
buena parte son propiedad del Estado.
Buscan la rentabilidad como lo haría cualquier otra empresa. Digamos que
desde el punto de financiero, “deben verse solas”. Si lo hacen con eficiencia, es otro tema, muy
importante desde luego.
Entonces lo que está apretado es
el Gobierno Central. El presupuesto del Gobierno Central
incluye los gastos de los ministerios, del TSE, del Poder Judicial (que incluye
al OIJ), de la Asamblea Legislativa , de la Presidencia de la República, de la
Contraloría y de la Defensoría, Regímenes
de Pensiones con cargo al presupuesto y Partidas Específicas. A todo lo anterior hay que sumarle los gastos
por el servicio de la deuda que, como ya expuse, se está llevando casi la
tercera parte del presupuesto.
Y para no crear confusión, anoto que esas Partidas Específicas se llevan ¢ 2.000 millones, monto
insignificante comparado con los ¢ 9.3 billones del total del presupuesto. No pasa lo mismo
con las transferencias destinadas a las
pensiones, que suman ¢ 954.000 millones, prácticamente un
10% del total del presupuesto. O con el Ministerio de Educación que se lleva ¢ 2.5 billones, un 27% del total.
TRANSFERENCIAS. A través de los ministerios, se canalizan cerca de ¢ 3.3 billones (35% del total) en transferencias a instituciones como el PANI, la CCSS, al IAFA, al ICODER, a FODESAF, para
el Programa Avancemos, para becas, para el CONAVI, para los municipios, para
las Juntas de Educación, para los comedores escolares, para las universidades, las
ya citadas pensiones. En fin, una larga lista.
¿ALCANZA? La prensa informa que los diputados que están viendo este presupuesto
en la Comisión de Hacendarios, han expresado preocupaciones porque los recursos
para Seguridad no alcanzan, o más serio, que el dinero presupuestado no va a alcanzar
para todo el año entrante. ¡Vaya contradicción!
Al tiempo que se pide que se corte el gasto, ahora se acusa que lo presupuestado
no va a alcanzar. Debe estar claro que si quieren atender “ese temor”, van
a tener que autorizar gastos mayores, lo
cual obligaría a aumentar, aún más, el endeudamiento
que ya es insostenible. Y conste que uno
de los recortes que se hicieron fue bajar los gastos de capital (las
inversiones) en -17%, como ¢ 122.000 millones menos que en 2017.
PRESUPUESTO BASE CERO. Por eso cuando se dice que lo que debemos hacer es recortar el
gasto, sin señalar cómo, cuáles y en qué monto, esa es un posición simplista y
hasta cierto punto evasiva. He sostenido
que el gasto debe revisarse; pero debe hacerse
con criterios y señalamientos claros y justos. El país debe entrar de inmediato
a realizar un ejercicio que se conoce como “Presupuesto Base Cero”.
Es cierto que es un proceso complejo, que toma tiempo y exige un
gran apoyo político. Pero es la mejor forma de hacer una revisión detallada y
ordenada de los gastos. El proceso consiste en arrancar el análisis del presupuesto
desde cero, y partir de ahí revisar cada una de las partidas, cada una de las asignaciones
y
revisar si ese gasto se justifica o no. Se hace caso omiso de las
obligaciones creadas por ley (esas también se revisan) y en la medida de lo posible, se evalúa la eficacia que han tenido esos
gastos.
CONCLUYO. Entre más tarde empecemos con este proceso, más desordenado y
doloroso va a ser el ajuste. Los candidatos a la Presidencia deben pronunciarse
de inmediato, pues de no actuar, este es el panorama que se van a encontrar. Si no les gusta esta idea, propongan algo
mejor. Y olviden las encuestas por un rato.
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