sábado, 24 de noviembre de 2018

OTRA LLAMADA DE ATENCIÓN. 24/11/2018

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OTRA LLAMADA DE ATENCIÓN

Guillermo E. Zúñiga Chaves

La encuesta que publicó esta semana el Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP)  de la Universidad de Costa Rica, es la radiografía de un país angustiado, molesto y atemorizado.  Nunca la percepción de los costarricenses sobre el rumbo del país había sido tan pesimista” ( Diario Extra, Jueves 22 de noviembre, Pág. 16).

Y no es para menos; en su estrategia por la aprobación del plan fiscal, hemos sido bombardeados por noticias negativas. Desde que el aguinaldo no se pagará a tiempo si no hay plan, hasta que el dólar se puede ir de las manos por la misma razón. La inquietud y la zozobra que estos anuncios generan, desgastan la voluntad de cualquier sociedad.

Tenemos una huelga en el sector del Magisterio. El daño que se le ha hecho a los estudiantes es enorme e irreparable. Pero no se observan acciones para poner fin a este desorden. Y esto molesta a las familias y a la ciudadanía en general. Otras cosas también irritan, como lo que ha trascendido sobre nombramientos en la Cancillería.

EL ESTADO DE ÁNIMO. Lo que más me preocupa es el estado de ánimo nacional. Las opiniones negativas de las y los costarricenses sobre el rumbo del país siguen creciendo luego de la elección nacional a inicios de 2018, es decir, llegaron al punto más alto (con un 70%) desde que el CIEP tiene registros, por lo que las opiniones positivas han disminuido y solo un 13% de las personas considera positivo el rumbo del país.”  (Página 9 del estudio).
Un 83% de las personas entrevistadas tienen una percepción negativa de la situación económica. (Pág. 13 y 14).  Y un 56% dice que esta situación los ha afectado mucho y 24% dice que los ha afectado algo. (Pág. 15).  Juntos suman un 80% de afectados. Y ¿cuáles son los principales problemas que se señalan? El costo de la vida, el desempleo, la situación fiscal y la corrupción. ( Pág. 8)
JALÓN DE OREJAS. Cierto que el mayor “jalón de orejas” es para el Gobierno; al fin y al cabo nos pidieron el voto para gobernar, para dirigir. Desde luego, los problemas que nos agobian son muy serios; pero lo que demuestra esta encuesta es que la forma en que se ha venido conduciendo el tema, con conflicto social incluido y sin solución, no ha sido convincente.

Es urgente crear confianza entre los actores sociales. Al momento de escribir estas notas no tengo noticia de la decisión de la Sala IV sobre el proyecto 20.580. Lo que es claro es que los ingresos nuevos que da ese proyecto no alcanzan para enfrentar los desafíos fiscales. Se van a requerir muchas más acciones, sobretodo del lado del gasto, para poder llegar al ajuste necesario. Y posiblemente ese recorte de gasto va a afectar más a los que menos tienen.

IMPACTO DE LA REFORMA EN LOS SECTORES. Como también los nuevos impuestos afectan muy fuerte a los estratos más bajos. Un estudio del Instituto de Investigaciones Económicas de la UCR, de octubre de este año, (que sirvió para que se argumentara que el proyecto es progresivo), refleja que el decil más pobre tendrá que destinar 2,35% de sus ingresos para pagar los impuestos nuevos, mientras que los deciles 9, 8 y 7 (estratos superiores) pagarían entre 2,19% y 1,94% de sus ingresos; montos inferiores. ¿Es esto progresivo? Un 2,35% para los pobres pesa más en su calidad de vida que un 2,19% para los estratos altos. 

Para el decil 10, el estrato más alto, se estima que pagaría 3,98% de sus ingresos. ¿No debimos los del decil 10 aportar un poco más a este proyecto? O ¿nos parece bien pagar únicamente 1,7 veces más que los más pobres? ¿Nos calma eso la conciencia?

CONCLUYO. Estas son las cosas que tienen pesimistas a los habitantes del país. El sacrificio que se nos pide no nos permite ver un mundo mejor. Ahí es donde las autoridades deben trabajar con más intensidad: menos amenazas y más convencimiento. Al fin y al cabo, el manejo político exige la construcción de ilusiones comunes, que se compartan por el colectivo, aunque las medidas sean amargas. Lamentablemente eso no se ha logrado, y más bien lo que se percibe es más resentimiento y confrontación silenciosa. La encuesta del CIEP es lo que nos dice.





sábado, 17 de noviembre de 2018

¿QUÉ NOS PASÓ CON LA CRISIS? 17/11/2018

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¿QUÉ NOS PASÓ CON LA CRISIS?

Guillermo E. Zúñiga Chaves

En algunas participaciones públicas que he tenido en los últimos días, he dicho que, como país, no enfrentamos adecuadamente los retos futuros que nos impuso la Gran Recesión, que vivimos hace 10 años.  Es más, pienso que aún estamos sufriendo los embates de esa crisis. Por tanto, entender este punto nos ayudará mucho a pensar el país hacia adelante.

Datos de la producción. El equipo de el Estado de la Nación encargó un estudio  en agosto de 2016 del que tomo estos datos que sugieren que no estoy tan perdido. (Meneses y Anda; “Crecimiento económico, encadenamientos y empleo”, agosto 2016, pág. 7). En el  periodo “pre-crisis” entre 2004 y 2007 el PIB real creció 6.7%; en los dos años más duros de la crisis, esto es 2008 y 2009, el crecimiento lo calculan en menos del 1%. (Agrego que en el 2009 la producción cayó -1.1%).  Entre el 2010-2015 lo estiman en 4,3% . Por mi parte hice el cálculo del crecimiento promedio para una serie más larga entre 2010 y 2017, y me dio 3,8%, con variaciones entre los distintos años. Si tomamos los datos entre el 2013 y el 2017 el crecimiento anda cerca del 3,3%.

Significado. Estas cifras lo que nos dicen es que andamos muy lejos de las tasas de crecimiento que teníamos antes de la crisis. Después de esta tragedia, la economía nacional empezó a crecer a tasas menores y la tendencia ha sido a volverse más lenta. En este 2018 el crecimiento va a ser flojo también.

En el período “pre crisis”, el desempleo y la pobreza fueron menores. En el año 2007 el desempleo fue  4,6% y la pobreza bajó a 16,7% (INEC). Después de la crisis, el desempleo se nos parqueó en un rango cercano al 10% y la pobreza volvió a los niveles previos, independientemente de la forma en que hagamos las mediciones.

Algo nos ocurrió que no nos ha permitido volver a los niveles pre crisis. Es claro que el ciclo económico nuestro está muy afectado por el comportamiento del ciclo de la encomia mundial. Sin duda, hay una alta correlación con el ciclo de la economía de los Estados Unidos. Pero los norteamericanos han superado bastante bien el impacto  de la recesión.

Costa Rica también diversificó sus relaciones económicas, en particular con el establecimiento  de relaciones diplomáticas con China y la firma de un tratado de libre comercio con los asiáticos. Es cierto que los chinos no crecen a las tasas del 10% o más que mostraron antes de la crisis, pero siguen siendo ser un motor de la economía mundial.

Puede ser también que Costa Rica haya desarrollado una integración comercial y económica mayor con los países de la región centroamericana, y que en conjunto la región esté generando sus propias sinergias, lo que exige una estrategia especial, pues lo que suceda en Centroamérica nos va a golpear y fuerte.

Desde luego, este comportamiento débil del aparato productivo ha tenido efectos en los resultados fiscales, tema que hoy nos tiene ocupados. Pero la pregunta a responder es cómo hacemos para  crecer  a tasas de al menos el 5,5% anual. Y aquí tenemos una tarea interna; una responsabilidad que está de nuestro de nuestro lado: es el diseño de nuestra política económica.

MEJORA COMPETITIVA. Siempre he pensado que lo que necesitamos es mejorar la competitividad y eso supone una “política económica integral” que no hemos impulsado. Durante mi gestión como Ministro de Hacienda le pedí al Banco Mundial que nos hiciera un estudio para mejorar la competitividad del país. En junio de 2009, en plena crisis, recibimos los resultados: el documento se llamó “Competitividad en Costa Rica”. Tal vez no es la panacea; pero sí una buena hoja de ruta que se debe mirar. Las autoridades impulsaron algunas de sus sugerencias; creo que todavía hay ideas que vale la pena rescatar.

CONCLUYO. Hay suficiente evidencia para pensar que no hemos enfrentado de forma efectiva los retos que la crisis nos planteó. Eso nos sigue impactando. Propuestas como la del Banco Mundial, remozadas, con visión integral de desarrollo, nos pueden ayudar. Todavía estamos a tiempo.




sábado, 10 de noviembre de 2018

NECESITAMOS UN PAÍS UNIDO. 10/11/2018

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NECESITAMOS UN PAÍS UNIDO

Guillermo E. Zúñiga Chaves

“Todo reino dividido en dos bandos está perdido, y toda ciudad o familia dividida se aniquila”. Mateo 12: 25

La situación económica y social del país nos obliga a estar unidos. Los retos que tenemos al frente son enormes. Como también pueden ser grandes las posibilidades que se nos abran en un futuro cercano. Todas las crisis encierran grandes oportunidades.

CIERRE DEL 2018. Hay una carrera evidente porque Hacienda saque lo mejor posible este año 2018. Pero la vida económica no se acaba  el 31 de diciembre.  Y desde luego, los compromisos y urgencias fiscales van mucho más allá de esa fecha y del Proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas.

El acuerdo político que se logró en la Asamblea con el concurso mayoritario de la fracción del Partido Liberación Nacional,  de diputados del Partido Unidad Social Cristiana y del PAC entre otros, nos resumió este conflicto hacendario en una propuesta específica. No hubo espacio para otras mejoras. Gobierno y diputados optaron por ese camino y como sociedad nos tienen a la espera de la resolución que la Sala Cuarta haga sobre la consulta que tiene en sus manos.

La aprobación de ese proyecto no es la solución definitiva a los problemas hacendarios.  Por el contrario se necesitará mucho “pedaleo” para conducir el ajuste en los próximos años. Se requerirán leyes adicionales. Hay sectores que han expresado molestia por la solución  propuesta.  Por más desagrado que le cause al Gobierno y a los grupos que lo  apoyan,  es un movimiento que tiene su presencia, es real y se les debe poner atención.

Las cifras de la economía no son halagadoras. Se nota un buen comportamiento en la construcción; eso es lo que sostiene el crecimiento del IMAE.  El sector comercio se ha contraído;  la demanda interna ha caído;  el dinero no alcanza. Al caer la actividad económica interna, la recaudación de impuestos se ha aflojado. Apenas se empieza a percibir el impacto del que tendrá la devaluación en los precios internos. El crédito al sector privado ha venido cayendo y para el año entrante se pronostica un comportamiento del crédito aún más flojo. Se esperan incrementos en el precio de los alimentos; en el precio de los combustibles; en el precio del transporte. Y los ajustes salariales no van a compensar esos aumentos.

Se argumenta que con la aprobación del proyecto 20.580 la confianza de los mercados y de los inversionistas mejorará por lo que se aflojará un poco las dificultades de caja que tiene la Tesorería Nacional. Habrá que esperar la reacción que puedan tener los observadores sobre el desempeño de Costa Rica, lo cual incluye la opinión de las calificadoras, nos guste o no nos guste.  En días recientes se han conocido opiniones parciales de algunos analistas internacionales que ponen en entredicho la cantidad de recursos que este proyecto consigue. Y marcan la importancia de las medidas subsiguientes que deberán tomarse.

¿CUÁNTO DA? El Banco Central es optimista sobre el alcance del 20.580. En el documento donde le responde la consulta de la Asamblea Legislativa, proyecta los rendimientos directos e indirectos que estima dará esta reforma. En el cuadro 3, de la página 14 los resume. Para 2019 y 2020 los rendimientos serán 0,91% del PIB y 1,67% del PIB. Para 2021 lo calcula en 2,79% del PIB y para el 2022 le da 3,68%. El aumento que se ve en los dos últimos años se debe a los ahorros en remuneraciones (0,47 y 0,59 respectivamente )  y a la aplicación de la regla fiscal (0,91 y 1,55 en esos años).

Este ajuste asociado a la regla fiscal, lo que refleja es el recorte de gasto que tiene que hacerse. Inevitablemente se van a afectar servicios y programas sociales. De igual manera se afectará la demanda interna y por tanto la capacidad de compra de los consumidores.

CONCLUYO. Aplicar esta reducción en la dotación de recursos va a requerir de mucha comprensión y de un gran manejo político. A los sectores descontentos hay que involucrarlos para que sean parte de la solución. Seamos creyentes o no, la cita bíblica tiene hoy una vigencia indiscutible. Ni el enojo ni la confrontación son, en este momento, buenos consejeros.






sábado, 3 de noviembre de 2018

PROBREZA Y DESEMPLEO. 3/11/2018

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PROBREZA Y DESEMPLEO

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Dos estudios recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) nos informan sobre la evolución de la pobreza y el desempleo, temas claves del desarrollo.

DESEMPLEO. Esta semana el INEC publicó la Encuesta Continua de Empleo al Tercer Trimestre del año 2018. Nos dice que el desempleo abierto en este trimestre fue 10,2%. Esto representa un total de 242.228 personas desempleadas.  Hace un año, en el tercer trimestre de 2017,  la tasa de desempleo fue 9,4%, que equivalía a 213.816 personas desempleadas. Con esto, en un año hubo un aumento de 28,412 personas desempleadas. Si comparamos el dato de este trimestre, con el dato del trimestre anterior (el que terminó en junio del 2018), hay como 37.000 desempleados más. Estas cifras son vergonzosas.

POBREZA. Otra encuesta, la Encuesta Nacional de Hogares que se publicó a mediados del mes pasado, nos indica que los niveles de pobreza aumentaron en el país. Efectivamente, el dato para 2018 muestra que el 21,1% de los hogares del país se encuentran por debajo de la línea de pobreza; esto equivale a 328.848 hogares. El año pasado esa cifra se estimó en 20% . Esto significa que este año hay 23.617 hogares  más que cayeron en pobreza. Estas cifras también son vergonzosas.

ACOSTUMBRADOS. Es muy lamentable que nos estemos acostumbrando a estos resultados.  El país no puede “darse el lujo” de mostrar estas estadísticas. Estamos tan concentrados en temas de estabilización y ahora ahogados por la situación fiscal y preocupados por el valor del dólar, que no estamos atendiendo la actividad productiva. La máquina económica no está jalando con suficiente fuerza  para absorber a la población que cada año se incorpora al mercado laboral y para garantizarles ingresos plenos.

NO SON CIFRAS FRÍAS. Y es que no se trata únicamente de cifras frías que se revelan en los informes. Detrás de cada uno de estos números hay personas, hay familias, con necesidades que deben atenderse, que sufren el dolor de la pobreza y del desempleo. ¿Qué sentido tiene hacer crecer la economía si no sirve para resolver las necesidades de la gente?  ¿Cuándo iremos a entender que en el corazón del diseño de las políticas económicas, el objetivo central y prioritario  debe ser la satisfacción plena de las necesidades de los habitante del país?

CRISIS. Lamentablemente la crisis que ya estamos viviendo lo único que va hacer es profundizar el dolor de estas y nuevas familias. Hemos pospuesto a lo largo de los años los ajustes en el campo fiscal, en el campo financiero, en el campo productivo y en los temas de distribución. Con el arribo del nuevo gobierno, tuvimos la ilusión que sería posible repensar la República.  Incluso llegué a considerar que la Costa Rica del Bicentenario permitiría refundar el Pacto Social.

Los acontecimientos recientes se orientaron por una solución fiscal que contó con mayorías políticas en Asamblea Legislativa, pero que hoy espera el resultado de las deliberaciones de la Sala Constitucional. Una vez más las dirigencias políticas demostraron  su incapacidad para construir las mayorías suficientes y los acuerdos sociales que eviten mandar al Poder Judicial, las decisiones que deben tener soluciones políticas. No es conveniente que un asunto de tal importancia nacional quede en manos de 7 personas.

¿PLAN B? Si se pide  un plan B, éste no aparece con claridad. Se insinúa apenas. Con lo cual estamos frente a una solución que parece ser la única para el país. Es un proyecto al que se le pueden hacer muchas mejoras, pero resulta ser el único al que nos llevaron los actores políticos y sociales. ¡Tómelo o tómelo! Esta estrategia y las contra tendencias, hacen que desde el exterior nos observen con grandes interrogantes. Internamente hay mucha desconfianza también.  


CONCLUYO. Si los resultados en pobreza y desempleo son malos este año, la aplicación  del ajuste que se viene los va a empeorar. La unidad nacional frente a este desafío es una urgencia. Reconstruir el diálogo apremia.