sábado, 14 de diciembre de 2019

LA INCLUSIÓN FINANCIERA. 14/12/2019

NOTAS AL TEMA

LA INCLUSIÓN FINANCIERA

Guillermo E. Zúñiga Chaves

La legislación penal de Costa Rica señala que la usura es un delito. De ahí la importancia de precisar un criterio, que defina a partir de qué momento una tasa de interés se convierte en una tasa usuraria. De otra manera  el artículo que penaliza la usura sería inaplicable. 

En buena hora que este tema se está debatiendo en la Asamblea Legislativa  Y ojalá que pronto se resuelva. Banqueros, sus representantes y aliados han visto con malos ojos la iniciativa.  Entre otras cosas han dicho que si se pone una tasa de interés tope, entonces una gran cantidad de personas van a quedar excluidas del sistema.

¿CÓMO ENTENDER LA INCLUSIÓN FINANCIERA? En palabras del Banco Mundial “La inclusión financiera significa, para personas físicas y empresas, tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que satisfagan sus necesidades —transacciones, pagos, ahorros, crédito y seguro— prestados de manera responsable y sostenible”.

En el país muchas empresas han aceptado un servicio de pago de planillas que los bancos les han ofrecido.  En ese momento el asalariado se convierte en “cliente” del banco, está “financieramente incluido”, puede hacer transacciones y pagos por medio de los servicios de banca electrónica, puede tener ahorros y otras inversiones en el banco. Ha sido una buena estrategia para engancharlos, formalizarlos, bancarizarlos. 

Los que reciben salarios más bajos, tienden a sacar la plata cada quincena. Siempre pensé que el banco ganaba poco con éstos, pero hace muchos años un amigo banquero me explicó que aún así era un buen negocio, pues algo dejan de saldo en sus cuentas, y “la suma de todos  esos puñitos pueden llegar a ser una masa atractiva de recursos mensuales que nos queda disponible y a cero costo financiero directo”.  Y además se detecta un posible cliente. ¿Serán estos sujetos de crédito, para incluirlos financieramente? 

Otros, que reciben ingresos mayores, se vuelven más atractivos;  desde el sistema bancario se les conoce el monto de sus ingresos, el uso de sus cuentas, el patrón de pagos y desembolsos de sus cuentas, en fin su “comportamiento financiero”. Con esta información empiezan a recibir las distintas ofertas de servicios crediticios, para financiar casa, carro o tarjetas de crédito. Si no son cuidadosos, se pueden endeudar más de la cuenta, sufrir las gestiones de cobro por sus atrasos y ser demandados por sus incumplimientos. Entraron al vía crucis

¿Y EL CRÉDITO A LAS EMPRESAS? Las grandes se las juegan solas. Me quedo con micro y las pequeñas. Sabemos de las dificultades que tienen para que les presten, sobretodo por las garantías que se les piden. El argumento es que como son más riesgosas, hay que ponerse más vivos y ser más exigentes. Algo de esto viven también las medianas. ¡Y ni qué decir las empresas emprendedoras! Por eso muchas de éstas buscan “mercados financieros paralelos”, por darles un nombre bonito.  Sin haber fijación de tasas de interés, ya el sistema los ha sacado. 

Hoy, antes de la fijación de tasas, muchas  personas ya están fuera de los créditos por su bajos ingresos, muchas de las pequeñas empresas quedan también fuera, y algunos que fueron  atendidos por el sistema, forman parte de la enorme lista de compatriotas que están al tope de deudas, o de los miles que tienen procesos de cobro en los tribunales. En otras palabras, estuvieron incluidos financieramente por un tiempo nada más. 

La regulación de la SUGEF  ha ido homologando el comportamiento de los bancos públicos y privados,  e indirectamente fija los límites de la exclusión. Es urgente revisarla. Y también es urgente que el Estado desarrolle banca especializada para los sectores no atendidos. 

CONCLUYO. La fijación de un criterio para definir la tasa de usura ayudará a las personas. Incluso a las que van a sector paralelo. Se podrán defender. La inclusión financiera exige que el acceso a los servicios sea sostenible, duradero. Para ello se requiere empleos permanentes y bien pagados, y apoyo a la formalización de los negocios. Hay que mejorar las condiciones de vida a la gente;  por ahí empieza la inclusión.