NOTAS AL TEMA
¿QUÉ OBSTACULIZA EL ACUERDO
FISCAL?
Guillermo E. Zúñiga
Chaves
La
calificadora Standard & Poor´s bajó
la calificación de Costa Rica a BB-, con perspectiva Negativa. Es una
calificación muy mala y señala que cualquier ajuste que hagan en el futuro,
será a la baja. Me duele que en tan solo 5 años, pasamos de haber obtenido el “grado de inversión”, a volvernos “bono basura”.
Nos
estamos sofocando. El tema fiscal es el “Talón de Aquiles” en esta
decisión. Un déficit del Gobierno
Central de 5,7% del PIB en el 2014, de 5,9% en el 2015 y un proyectado de 6,2% para
este año es insostenible. Debido a esto, el crecimiento de la deuda pública pasó de 56,7% del PIB en 2014 a 60,3% en 2015,
con un proyectado de 4,5% adicionales
para el 2016, es decir, casi un 65% del PIB para este año. Con esto cada vez tenemos que utilizar más recursos,
en montos grandes, para pagar los intereses
de esa deuda. En lugar de gastar esa plata en desarrollo del país, tenemos que usarlos
para pagar nuestras deudas, pues hemos vivido “de a prestado”. Nos estamos ahogando.
Las posiciones se han venido tensando. Unos insisten en que el ajuste debe venir por
el lado de recortar los gastos. Si no hay recorte en los gastos públicos, no se
avanza en ninguno de los otros temas. Hasta la idea de los “disparadores del gasto” volvió a aparecer. Es una forma peyorativa de tratar el gasto y evita el trabajo duro de
hacer una revisión detallada de los mismos.
Otros
no quieren oír nada de control o recorte de gastos. E insisten en que lo que se
debe hacer es gravar a quienes hoy no pagan.
El argumento parece ser que si no hay impuestos nuevos, en especial los
directos, no aceptan hablar de gastos.
Para
terminar de hacerla, el Ministerio de Hacienda publica un informe donde dice que
por evasión y elusión tributaria y por
no cobro de impuestos, no está recogiendo cerca de 8% del PIB. Y además, en
otro momento afirma que las exoneraciones nos cuestan 6% del PIB. Como quien
dice 14% del PIB. Desde luego, la reacción de las personas es que debemos
eliminar las exoneraciones, y cobrar todo lo que no se recauda. Los estudios en
mención provocan más zozobra, y dan argumentos contra la reforma misma. De forma que esto parece un diálogo de sordos,
donde cada quien se afianza en su trinchera y el Gobierno no aclara su hoja de ruta.
PROYECTOS EN LA ASAMBLEA. Si se revisan
algunas iniciativas que hay en la Asamblea, presentadas por el Gobierno y presentadas
por la oposición, se notan preocupaciones sobre temas comunes. Sí, tanto el Movimiento Libertario, el Frente Amplio, la
Unidad Social Cristiana, como el Partido Liberación Nacional, tienen presentados
proyectos sobre empleo público, sobre las remuneraciones de los servidores del
Estado, para controlar las pensiones muy altas, para evaluar a los servidores públicos,
para controlar los salarios altos en el Estado, entre otras cosas. También hay
otras iniciativas presentadas por varios diputados en sentido similar. El Gobierno
tiene proyectos en estos temas y además ha elaborado el Proyecto del Impuesto
sobre la Renta y el del IVA, el de Fraude Fiscal, el Impuesto a Sociedades. Y
la semana pasada anunció la propuesta sobre Reglas Fiscales.
Lo
anterior permite pensar que en la Asamblea se entiende que el Acuerdo Fiscal
pasa por darle instrumentos a la Administración Tributaria para que cobre, que
el ajuste fiscal debe incluir el lado del gasto, que se necesita modernizar la estructura
de los impuestos, y que se necesitan ingresos adicionales. Entonces, ¿por qué
no se ha podido construir el acuerdo? Porque en el fondo, la discusión que tenemos detrás de todo esto, es definir qué tareas
queremos asignarle al Estado y cuáles se
le quieren quitar.
CONCLUYO. Si logramos el acuerdo entre
nosotros, podremos hacer una ajuste ordenado, incluyendo el acuerdo sobre las
tareas del Estado. Si el ajuste viene de afuera, señal que dan las
calificadoras, será desordenado, incluido
el ajuste en el Estado. Boicotear el
acuerdo entre nosotros, es una forma de promover este otro tipo de ajuste.
Eso que quede claro. Y este es un tema vital para los socialdemócratas.
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