NOTAS AL TEMA
IMPUESTOS QUE CONTAMINAN
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
Todos tenemos claro que el país enfrenta una situación fiscal
complicada. Pero además, Costa Rica tiene una estructura de impuestos que
depende de actividades que son contaminantes.
Me refiero a los impuestos que se asocian con el parque automotor. La
contaminación que provocan las emisiones de los vehículos es alta.
En esta lista de impuestos caben los siguientes:
a-
Impuesto a la Propiedad de Vehículos.
Las cifras de Hacienda no permiten excluir las aeronaves y las
embarcaciones de la masa vehicular.
b-
Impuesto
Selectivo de Consumo para vehículos automotores, que incluye gravamen sobre
carros y motos.
c-
Impuesto al Traspaso de Vehículos,
donde tampoco las cifras permiten separar aeronaves y embarcaciones.
d-
Impuesto Único a los Combustibles.
e-
Impuesto sobre las Ventas a
los vehículos, tanto para los vehículos
nuevos como los usados. Se cobra a nivel de aduana, al momento de la
importación.
f-
Impuesto sobre la Renta,
sobre establecimientos que venden vehículos. Esta es una segregación hecha para
separar el aporte de este tipo de empresas.
Veamos unas cuantas cifras. La información original es tomada del Ministerio de Hacienda. Para
el período entre el 2012 y el 2016, el conjunto de esos impuestos comparados con el total de ingresos
tributarios representan un 18,2% como promedio
anual.
Es decir, casi la quinta parte de los impuestos que se recaudan,
corresponden a actividades que de alguna forma contaminan el ambiente. Para tener una idea de la importancia y del
orden de magnitud, este valor viene a ser casi un 2,5% del PIB. Esta es una cifra equivalente al incremento en los impuestos que el Gobierno pretende con la
reforma tributaria.
Para ese mismo período, el Impuesto Único a los Combustibles representa como promedio el 38,5% del total de los impuestos asociados al parque
automotor. Le sigue en importancia el Selectivo de Consumo (20%) y en un monto
muy parecido el Impuesto a la Propiedad de Vehículos. El Impuesto de Ventas viene a representar
como el 17%.
PARADOJA. En otras palabras, entre más carros tengamos en el país y más
gasolina utilicemos mejor será la recaudación. Esa es la gran paradoja en que nos encontramos: un país que pretende
ser carbono neutral, depende al mismo tiempo, para recaudar sus impuestos, de
una actividad que sabemos genera emisiones contaminantes.
Se ha determinado que los automóviles y demás vehículos son responsables
de emisiones contaminantes. Un trabajo de Virginia Reyes (2016) sostiene: “De
acuerdo al inventario de emisiones del año 2011, en el país se emitieron
1.898.591 toneladas de contaminantes al aire, de las cuales las fuentes móviles
aportaron el 61%”. Si bien es un dato del 2011, el mismo sirve de ejemplo. Por “fuentes móviles” se
entiende automóviles y otros vehículos incluyendo motos, camiones, buses y
microbuses.
La emisión de estos gases
aparte de impactar el clima, lo que llamamos efecto en el cambio climático,
puede producir también afectaciones en la salud humana. La atención de ambos aspectos cuestan al fisco y a la sociedad en su
conjunto bastantes millones de dólares por año.
RETOS. La alta dependencia tributaria de este tipo de impuestos, señala
un gran riesgo financiero. Se deben
atender los efectos dañinos al medio ambiente, sin erosionar la recaudación.
Inmenso reto tenemos al frente. El país debe abocarse a replantear
su esquema de transporte, público y privado. Seguir haciendo lo que hemos hecho
hasta ahora solo profundizará el problema. Pero se debe tener claro que esta transformación puede tener al mismo
tiempo altos costos fiscales que, de
alguna forma, deben ser compensados. El
diseño de la estrategia de transportes y la “nueva tributación” asociada,
representa un reto hacia la transición de esquemas.
A MANERA DE CONCLUSIÓN. En ocasiones anteriores he insistido en que los temas ambientales
no deben ser tratados únicamente en el campo ambiental. El Tema de hoy es un clarísimo
ejemplo que empezó por la preocupación ambiental, pero termina siendo un tema
eminentemente económico. Se mezcla la sostenibilidad ambiental, con la
sostenibilidad de las finanzas públicas.
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