sábado, 24 de junio de 2017

URGE EL CONSENSO HACENDARIO. 24/6/2017

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URGE EL consenso HACENDARIO

Guillermo E.  Zúñiga Chaves

Ya tenemos los resultados del desempeño financiero del Gobierno Central a mayo de este año. Esto nos da una buena idea de por dónde van las cosas y, en cierta medida, marca una tendencia. Las cifras que utilizo las tomo del WEB del Ministerio de Hacienda.  Para que el lector lo tenga presente, le recuerdo que la inflación acumulada entre mayo del año pasado y mayo de este año, según el Banco Central, fue 1,67%.

LOS IMPUESTOS. Entre mayo del 2016 y mayo de 2017 la recaudación de impuestos creció en 6,7%, cifra muy superior al crecimiento anual de la inflación y al mismo crecimiento de la economía. Esto quiere decir que la Administración Tributaria está haciendo un esfuerzo por mejorar la recaudación y está logrando resultados favorables. Debe destacarse que el Impuesto a los Ingresos y Utilidades crece 11,4%. El Impuesto de Ventas aumentó  4,5%. Esta es una nota positiva.

LOS GASTOS. Por su parte  los gastos totales crecen en el mismo período 11,8%, cifra muy superior al crecimiento de los precios. Los  gastos del Gobierno Central están subiendo en términos reales.  Y como son mayores a lo que crecieron los impuestos, se aumenta el déficit fiscal y el endeudamiento. Esta es una nota negativa.

Los gastos de capital fueron los que más crecieron (62,8%), y dentro de ellos, el mayor aumento se da en las transferencias de capital que hace el Gobierno Central a las instituciones (subieron 179%). Estas cifras reflejan el esfuerzo que está haciendo el país por aumentar algunas inversiones, como por ejemplo la mejora en caminos y carreteras. Difícilmente siendo este el último año de la Administración, este rubro vaya a bajar. En todo caso, si estos gastos se reflejan en mejoras para los ciudadanos, en buena hora que se hace esa inversión.

Los gastos corrientes por su parte crecieron 9,2%. Es una cifra alta. El aumento en las remuneraciones (que incluye los sueldos y cargas sociales) fue de 4,3%, cifra mayor al incremento de los precios. Adicionalmente debe anotarse que el peso de estas remuneraciones es muy alto dentro del total de los gastos; representa casi el 40% de los gastos corrientes.  De manera que ajustes que se puedan hacer en ese rubro, tendrán grandes impactos en los resultados generales. Lo cierto es que en el tanto no se lleguen a acuerdos y no se tomen medidas, este seguirá siendo el comportamiento.
                                                              
Debe recordarse que las remuneraciones en el Gobierno están asociadas con el comportamiento  de los precios. Por eso, el dato a mayo refleja el último ajuste que se dio en medio de una inflación baja. Con el leve repunte del crecimiento de los precios en en este primer semestre, es muy posible que para el segundo semestre del año, las retribuciones salariales  harán más presión en los gastos.

Gastos en intereses. Mención aparte merece el comportamiento de los intereses. El crecimiento fue de 19,5% en el periodo. Y de estos los que más subieron fueron el pago de los intereses por deuda interna (24,2%). El monto absoluto pagado en los primeros cinco meses de este año fueron 377.352,6 millones de colones, lo que viene a representar como un sexto de los gastos corrientes (cerca del 16% de los gastos corrientes). La factura por el incremento de la deuda del Gobierno se está pagando; se deben desviar recursos que podrían ir a programas de desarrollo nacional, para pagar intereses.

Lo grave de esto es que tanto el entorno nacional como el internacional señalan que las tasas de interés van en aumento. Esta condición  va a subir el pago por intereses en los próximos meses y años.  Ya entramos en una etapa peligrosa pues estamos pagando los intereses con nueva deuda. Y, desde luego, la amortización y los intereses de la deuda, siempre se deben atender.

CONCLUYO. Como se nota, la situación es muy delicada. Hay que bajar el endeudamiento. No basta con recortar los gastos; o con mejorar la recaudación. No alcanza. Hay que buscar el consenso para nuevos impuestos, el control del gasto y el endeudamiento.




sábado, 17 de junio de 2017

FORMA EQUIVOCADA DE HACER POLÍTICA. 17/6/2017

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FORMA EQUIVOCADA DE HACER POLÍTICA

Guillermo E. Zúñiga Chaves

El historiador D. Iván Molina escribió esta semana un comentario que llamó “Criminalizar a los educadores” (La Nación, 14 de junio de 2017, pág. 28-A). Se refiere, entre otras cosas,  a la polémica que se da hoy sobre la responsabilidad que pueda caber a los maestros en el déficit fiscal. “Se acusa ahora a los docentes de desfinanciar el IVM y de intensificar el déficit fiscal” dice D. Iván.

No voy a entrar al fondo de los argumentos del comentario sobre el IVM, el traslado de los docentes a JUPEMA y su impacto fiscal. Son muchas las cifras, además contradictorias, y los argumentos  y contraargumentos abundan. No tengo los estudios a mano para poder valorarlos.

Pero sí me valgo de la llamada de atención que nos hace el título para decir que, lamentablemente, así se están manejando las cosas en Costa Rica. Unos criminalizan a otros, unos culpabilizan a otros de los males que nos aquejan, privilegiando esta estrategia sobre la búsqueda de soluciones.

RUTA EQUIVOCADA. Es una forma de hacer política. Se trata de ganar un criterio o una decisión por esta vía: condenar al contrincante, satanizarlo, deshonrarlo. Se le culpa y, de esta forma, se le desacredita.  Pero no se discute sobre las propuestas.

Es una ruta equivocada pues quedamos atrapados en estos ataques. Se puede criminalizar/culpar a los sindicatos, a los empresarios, con frecuencia a quienes participan en la actividad política o a cualquier otra persona que se quiera desautorizar. Pero para señalar a alguien como criminal/culpable debe existir un “supremo juez” que dicte esas sentencias, que se crea con autoridad para levantar el dedo acusador por encima de los demás. Dada la sentencia, no hay espacio para arreglos.

Los fenómenos sociales son bastante mÁs complejos. Difícilmente haya una causa única para un hecho social. Por ejemplo, los atrasos en la construcción de la infraestructura nacional no se pueden achacar a una sola causa o a un solo “culpable”. O los resultados en la Pruebas Pisa no son solo responsabilidad de los docentes. Y esto aplica a la situación del  IVM,  al tema fiscal, a las finanzas de la Caja, o a la elevada criminalidad y violencia que nos acecha.

El análisis de “causa única” es simplista y, en cierta medida, demagógico, pues induce a las personas a pensar que las soluciones son sencillas. Quite al culpable  y las cosas se arreglan. Puro simplismo del “juez supremo” que juzga y condena. Pero este estilo exacerba pasiones, fomenta la confrontación, aleja a las partes de cualquier compromiso.
Se crea además un clima de desconfianza alrededor los actores que no ayuda. Por ese camino no vamos a avanzar mucho. Buscar acuerdos pasa, entre otras cosas, por confiar en el interlocutor y construir una base común de interpretación del fenómeno que se tiene que remediar. Pero veo poca vocación para avanzar por esta vía. Y el país está enfrentando retos enormes en muchas áreas.

TENTACIONES. Surgen entonces dos grandes tentaciones. Por una parte tratar de resolver los problemas a través de la imposición. Esto no funciona mientras se respete la institucionalidad que tenemos. Por otro lado, se puede buscar al  “mesías impoluto que viene a salvar al mundo”. ¡Mucho cuidado! Ni uno, ni otro.

HABLAR CON LA VERDAD. Las agrupaciones políticas que pretenden gobernarnos y los candidatos que nos van a pedir el voto,  deben explicar con claridad cómo van a aflojar este nudo. Esto obliga a hablar con claridad y precisión. Exponer las prioridades que atenderá; explicar cómo entiende los problemas y precisar cómo los enfrentará.  De esa forma quien reciba el mandato mayoritario deberá aplicar la propuesta que nos ofrece. El programa presentado es su pacto con los ciudadanos. Seguir satanizando al contrincante es una estrategia política evasiva que no lleva a ninguna solución.




sábado, 10 de junio de 2017

TRUMP FUERA DEL ACUERDO DE PARÍS. 19/6/2016

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TRUMP FUERA DEL ACUERDO DE PARÍS

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Trump decidió retirar su gobierno del Acuerdo Sobre Cambio Climático. Cualquier país, de los más de 190 que firmaron el Acuerdo, se puede salir.  Unos pocos ni siquiera lo firmaron, como fue el caso de Nicaragua.  Ahora bien, estamos hablando del retiro de la mayor economía del planeta, con liderazgo indiscutible. También, uno de los que más contaminan.

Estos temas del cambio climático no son exclusivos de los ambientalista, sino que tienen que ver con la forma en que los países organizan los procesos productivos.  Por ejemplo,  si los transportes son contaminantes, si la energía que producimos se hace por medio de métodos que contaminan,  si hay malos manejos de los desechos sólidos, si se destruye la naturaleza al producir, todas esas cosas afectan al medio ambiente e impactan en el calentamiento global. Entonces, esto es un asunto del tipo de desarrollo.

Por ello, para bajar los efectos en el calentamiento global, los países deben modificar la forma en que producen. Esa transformación requiere recursos financieros, y regulaciones que induzcan a las empresas a usar métodos ambientalmente eficaces en sus procesos productivos. El Acuerdo repudiado por Trump establece obligaciones entre los países para bajar la producción de gases efecto invernadero y compromete recursos para la transformación productiva.  Estos son las dos asuntos a los que Trump les zafa el hombro.

Desde el punto de vista de la reducción de emisiones, estas son tareas que en mucho las regulan los estados y las ciudades en los Estados Unidos. La posición del Presidente afectará poco esas decisiones locales. Además  muchas empresas norteamericanas saben que la competencia mundial les exige modernidad ambiental en sus procesos. El desarrollo tecnológico en muchas ramas del mundo desarrollado se está orientando para atender esas exigencias.

Desde el punto de vista de los recursos comprometidos por los Estados Unidos con el Acuerdo de París, no es mucha la plata. Los países se obligaron a crear un fondo equivalente a los US$100 billones para atender los retos del cambio climático. La contribución de los EEUU a esos fondos globales es menos del 3%. (www.climatetracker.org).  Entonces el que EEUU no aporte esos recursos, no le va a resolver los problemas internos, ni va a “hacer a los USA más grande”. Desde el punto de vista de su aporte tampoco “es un gran desplome”.

Sirva lo siguiente para hacer comparaciones. El gasto militar de Estados Unidos en el 2016 fue US$611 billones (Stockholm International Peace Reserarch Institute, abril 2017).  En un año se gastan en guerra el equivalente a 6 veces lo que todo el mundo quiere usar para atender los compromisos del Acuerdo Climático. Solo para el año entrante, Trump quiere subir el presupuesto militar en $54 billones más.  La verdad que los US$3 billones que se ahorra saliéndose del Acuerdo no le arreglan mayor cosa.

Entonces, ¿qué es lo que hay detrás de esta decisión? Es un gesto ideológico del pensamiento conservador que hoy domina la Casa Blanca. Están en contra de lo que llaman el “Enviro-Statism” (Mark Levine, “Liberty and Tirany. A conservative Manifesto”, Cap. 8, 2009). Es algo así como “estatismo ambiental”,  una idea que sugiere que el Estado sobrepone las políticas ambientales a la libertad individual. Pero eso lo ven también en otras políticas públicas. Por eso se rechaza un convenio que además es internacional.

Esa visión tiene sus acólitos locales. Cuestionan las políticas ambientales de los gobiernos pues representan regulaciones que consideran excesivas para el sector productivo, lo que les acarrea altos costos y reduce la capacidad para competir. El mismo argumento que se dio cuando se impulsaron las reformas sociales del siglo pasado y que aún hoy se utilizan. Ahora las extienden a las políticas ambientales.

CONCLUYO: ¿podrá el mercado por sí solo resolver los impactos del calentamiento global?







sábado, 3 de junio de 2017

EL SOCOLLÓN DEL DÓLAR: LA GRAN ENSEÑANZA. 3/6/2017

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EL SOCOLLÓN DEL DÓLAR: LA GRAN ENSEÑANZA.

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Bastó con el anuncio de que había a disposición 1.000 millones de dólares y que si fuera necesario habría acceso a otros 1.000 millones, para que el “mercado se sosegara”. Pasó de esta forma este primer “chaparrón de especulación”.

En la Comisión de Asuntos Económicos de la Asamblea Legislativa el Presidente Ejecutivo del Banco Central expresó que no sabían a ciencia cierta qué había provocado estos movimientos. “Castro dijo que hasta este martes seguían investigando por qué tanta gente decidió en el mismo momento pasarse de colones a dólares. La especulación sigue apareciendo como el ganador. (Diario Extra, 31 de mayo 2017, pág. 7). Sin embargo,  los hechos y los volúmenes que se negociaron antes y después de la intervención del Central fortalecen la idea que hubo compras especulativas.

¿Actúo tarde el Banco Central? No hay forma de saberlo, pues no conocemos la regla de intervención en el mercado cambiario. Muchos han insistido en que el Central actuó tarde; que debió haber sido más rápido. Estoy casi seguro, que esas mismas opiniones críticas se hubieran levantado si el Central hubiese intervenido antes. Lo habrían atacado de precipitarse, de no dejar que las leyes del mercado operasen.

Porque este es el fondo del problema. En un mercado tan pequeño  como el nuestro y siendo el tipo de cambio un precio que afecta tan fuerte a las familias y a la economía en general,  .  argiuemtno del rioesgo.l mercado.
s necsario. De otra forma solo unos cuanots sabrinadosimia y del mercado.  a los funcionar¿cuánto mercado y cuánta intervención debemos permitir?  Esa es la pregunta. Y para eso es la regla de intervención, pero lamentablemente el conocimiento que tenemos de ella es limitado.

El Banco es celoso en decir que la misma Sala IV avala el secreto sobre la misma. Por eso hoy  no podemos decir si la regla fue aplicada correctamente. Lo que si sabemos es que cuando el dólar llegó a 600 colones, el Banco entró, puso al frente los dos mil millones de dólares y el tipo de cambio en una semana se ha retraído en más 25 colones.  Ese nuevo precio parece que sí complace a los funcionarios del Banco. ¿O no? ¿Cómo saberlo? Esa es la cuestión.

MEJORAR EL FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO. Para que haya un mejor funcionamiento del mercado cambiario, para que sepamos a qué atenernos, es necesario que se conozcan más detalles del criterio de intervención. Lo dice el mismo Fondo Monetario. Del informe del Artículo IV del FMI  (15  mayo de 2017) extraigo esta recomendación: “… la misión recomienda proseguir con la flexibilización del tipo de cambio y generar una mayor transparencia en relación con los factores que activan la regla de intervención cambiaria,…”.
Una mayor flexibilización del mercado cambiario, permite mitigar choques externos sobre la economía. Por ejemplo el aumento de las tasas de interés internacionales, que ya se están dando. De igual manera, la flexibilización cambiaria provoca un poco de incertidumbre sobre el comportamiento del valor del dólar, lo que obliga a los agentes económicos  a medir los riesgos cambiarios en sus decisiones. Pero sí se requiere “una mayor transparencia en relación con los factores que activan la regla de intervención cambiaria”. De otra forma, solo unos cuantos sabrán cuánto espacio se le da al mercado.

El Banco ha insistido en afirmar que la regla de intervención permite reflejar las tendencias de la economía general  y el comportamiento del mercado de divisas. Pero todavía al martes pasado no tenía claro las razones de los desajustes del mercado que observamos. Ojalá nos comunique pronto sus hallazgos.

Concluyo. Tuvimos unos días de gran agitación cambiaria. La gente desconfió del colón y se refugió en el dólar. No se sabía si el Banco actuaría, aunque se suponía que lo haría. Y lo hizo. Bien hecho. Pero es muy posible que el mercado hubiese operado mejor si se conocieran más detalles de los criterios de intervención  que usa el Central.