NOTAS AL TEMA
PROBREZA Y DESEMPLEO
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
Dos estudios recientemente publicados por el Instituto Nacional de
Estadística y Censos (INEC) nos informan sobre la evolución de la pobreza y el
desempleo, temas claves del desarrollo.
DESEMPLEO. Esta semana el INEC publicó la Encuesta Continua de Empleo al
Tercer Trimestre del año 2018. Nos dice
que el desempleo abierto en este trimestre fue 10,2%. Esto representa un total
de 242.228 personas desempleadas. Hace un año, en el tercer trimestre de 2017,
la tasa de desempleo fue 9,4%, que
equivalía a 213.816 personas desempleadas. Con esto, en un año hubo un aumento
de 28,412 personas desempleadas. Si comparamos el dato de este trimestre, con
el dato del trimestre anterior (el que terminó en junio del 2018), hay como
37.000 desempleados más. Estas cifras son vergonzosas.
POBREZA. Otra encuesta, la Encuesta Nacional de Hogares que se publicó a
mediados del mes pasado, nos indica que los niveles de pobreza aumentaron en el
país. Efectivamente, el dato para 2018
muestra que el 21,1% de los hogares del país se encuentran por debajo de la
línea de pobreza; esto equivale a 328.848 hogares. El año pasado esa cifra
se estimó en 20% . Esto significa que este año hay 23.617 hogares más que cayeron en pobreza. Estas cifras
también son vergonzosas.
ACOSTUMBRADOS. Es muy lamentable que nos estemos acostumbrando a estos
resultados. El país no puede “darse el lujo” de mostrar estas estadísticas. Estamos
tan concentrados en temas de estabilización y ahora ahogados por la situación
fiscal y preocupados por el valor del dólar, que no estamos atendiendo la actividad productiva. La máquina económica no está jalando con suficiente fuerza para absorber a la población que cada año se
incorpora al mercado laboral y para garantizarles ingresos plenos.
NO SON CIFRAS FRÍAS. Y es que no se trata únicamente de cifras frías que se revelan en los
informes. Detrás de cada uno de estos
números hay personas, hay familias, con necesidades que deben atenderse, que
sufren el dolor de la pobreza y del desempleo. ¿Qué sentido tiene hacer
crecer la economía si no sirve para resolver las necesidades de la gente? ¿Cuándo iremos a entender que en el corazón
del diseño de las políticas económicas, el objetivo central y prioritario debe ser la satisfacción plena de las
necesidades de los habitante del país?
CRISIS. Lamentablemente la crisis que ya estamos viviendo lo único que va
hacer es profundizar el dolor de estas y nuevas familias. Hemos pospuesto a lo
largo de los años los ajustes en el campo fiscal, en el campo financiero, en el
campo productivo y en los temas de distribución. Con el arribo del nuevo
gobierno, tuvimos la ilusión que sería posible repensar la República. Incluso llegué a considerar que la Costa Rica
del Bicentenario permitiría refundar el Pacto Social.
Los acontecimientos recientes se orientaron por una solución fiscal
que contó con mayorías políticas en Asamblea Legislativa, pero que hoy espera
el resultado de las deliberaciones de la Sala Constitucional. Una vez más las dirigencias políticas
demostraron su incapacidad para
construir las mayorías suficientes y los acuerdos sociales que eviten mandar al
Poder Judicial, las decisiones que deben tener soluciones políticas. No es
conveniente que un asunto de tal importancia nacional quede en manos de 7
personas.
¿PLAN B? Si se pide un plan B, éste
no aparece con claridad. Se insinúa apenas. Con lo cual estamos frente a una
solución que parece ser la única para el país. Es un proyecto al que se le
pueden hacer muchas mejoras, pero resulta ser el único al que nos llevaron los
actores políticos y sociales. ¡Tómelo o
tómelo! Esta estrategia y las contra tendencias, hacen que desde el
exterior nos observen con grandes interrogantes. Internamente hay mucha
desconfianza también.
CONCLUYO. Si los resultados en pobreza y desempleo son malos este año, la
aplicación del ajuste que se viene los
va a empeorar. La unidad nacional frente a este desafío es una urgencia. Reconstruir
el diálogo apremia.
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