NOTAS AL TEMA
LAS PRIMERAS DE CAMBIO
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
Tres grandes desafíos tendrá el Presidente a partir de mayo, los
cuales paso a señalar.
PRIMERO. Bien harían los dos señores Alvarado en darse una vuelta por la
Tesorería Nacional. Cuando uno de ellos reciba la banda presidencial el próximo
8 de mayo, el pago de la primera quincena ya estará preparado. Y de seguro el
de la segunda quincena de mayo ya estará financiado. No sabemos cómo estará el resto del año.
Conozco al personal de la Tesorería; sé de su compromiso con su
trabajo y con el país. Son profesionales de gran calidad y gran conocimiento.
Pero no estaría de más ir a revisar con ellos cómo están proyectando el flujo
de caja del Gobierno para todo el año. La presión por liquidez que se puede
venir, posiblemente va a exigir mucha
dedicación de las autoridades a partir del 8 de mayo.
Enfrentar la estrechez de liquidez de la Tesorería no se hace
conversando ni con las calificadoras ni con el FMI. Se logra con gestión de Tesorería, con cobro
de impuestos, con manejo ordenado del gasto. Y este es una tema de atención
inmediata.
Ley de Fortalecimiento de las
Finanzas Públicas. Hay una gran expectativa en
relación con este proyecto de ley. Finalmente se logró que los diputados
entraran en esta discusión, y hasta una vía rápida le dieron. Se estima que
esta ley entre mayores impuestos y algunos controles de gasto, daría cerca de
1,9% del PIB. Esto es insuficiente. Lamentablemente se necesita un esfuerzo
mayor, de al menos un 3% del PIB, para empezar a bajar la carga de los
intereses que se está comiendo cualquier esfuerzo de mejora hacendaria.
Los efectos de esta ley difícilmente se sentirán este año. Por eso
la gestión de la Tesorería debe ser muy cuidadosa. El Ministerio de Hacienda ha
aclarado que una vez que se apruebe este proyecto, instituciones
internacionales como el BID y el Banco Mundial darían entre US$600 y US$700
millones, con fines de apoyo presupuestario. Es pedir deuda externa, para pagar
los gastos internos. Pero estos serían préstamos externos que requieren
aprobación legislativa. Como que esta plata tampoco estaría a la vuelta de la
esquina.
SEGUNDO. Se pueden venir presiones sobre el mercado cambiario. El Banco
Central tiene suficientes reservas. Y acaba de contraer un crédito por US$1.000
millones con el Fondo Latinoamericano de Reservas. Esta es una medida
preventiva correcta. No debemos olvidar que el año pasado algunos quisieron
“corcovear con el tipo de cambio”. El BCCR se paró en seco, y dijo que ponía
US$1.000 millones sobre la mesa, para el que quería seguir haciendo “jueguitos especulativos”.
Tanto se está presionando sobre los temas económicos, donde
algunos reclaman para sí el monopolio del conocimiento, que se ha dado una suerte de guerra psicológica económica. El clima
que han desatado no ayuda a la confianza. Por eso en buena hora que llegó este
refuerzo de divisas.
Cierto que este préstamo tiene un costo; cierto que no es la forma
más “sana” de acumular reservas. Pero bien sabemos que la plata más cara es la que no tenemos cuando la necesitamos. Bien
vale, entonces, pagar esa prima como un seguro. Creo que con esto el Central
convence a los traviesos, y da tiempo para que se le busquen salidas más
definitivas a lo hacendario.
TERCERO. Noto que se están haciendo muchas sumas sobre los bloques de diputados
que se pueden hacer en estos días, y sobre las nuevas mayorías en la próxima Asamblea.
Cierto que los votos garantizan que los
proyectos se aprueben o se rechacen. Pero en la construcción de las leyes,
incluyendo las hacendarias, es necesario que también se tomen en cuenta al resto
de la sociedad, que al final son los sectores que más sufrirán el peso del
ajuste.
Ya conocemos historias donde los votos estaban en la Asamblea,
pero las iniciativas se cayeron por presión popular. La construcción del diálogo social es una condición necesaria para
que el país se vaya destrabando y avance. Desde ya hay que construir ese
diálogo, como he insistido en el pasado.
EN CONCLUSIÓN. Hay que poner atención al
manejo de la liquidez en la Tesorería y al mercado cambiario. Pero, en
especial, se debe construir el diálogo social de inmediato.
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