NOTAS
AL TEMA
SE
ACABÓ EL TIEMPO
Guillermo E. Zúñiga Chaves
De camino a la
segunda ronda electoral, citando la última encuesta del CIEP de la UCR, nos dice Diario Extra que las dos primeras
preocupaciones de los ticos son los problemas de empleo y el déficit fiscal.
(Diario Extra, jueves 15 de febrero, página 19).
Sobre el tema del empleo. Durante la
primera parte de la campaña se prometió mucho, pero hubo poca precisión sobre
cómo crear los empleos que se ofrecían. Para bajar el desempleo se necesita un
crecimiento de la producción, por encima del 5% anual en forma sostenida, y
poner el objetivo del empleo en el corazón de la política económica. Y para
promover el crecimiento productivo se necesita una buena coordinación de políticas
sectoriales con las macroeconómicas, exige un clima de confianza, que favorezca
la inversión privada y obliga a tener una “buena macroeconomía”.
EL SEGUNDO DE LA ENCUESTA. Una “buena
macroeconomía” pasa por arreglar lo
fiscal, valga decir, se debe atacar el segundo problema que señalan los ticos
en esa encuesta. Es claro, entonces, que
se deben dar señales de solución lo más pronto posible. Pero, ¿deben venir
de la actual Asamblea o deben venir de los partidos en disputa en la segunda
vuelta?
Decía la semana
pasada que parecía que los actuales diputados no querían dejarle espacio a los
diputados electos para decidir sobre el tema fiscal. Algunas bancadas legislativas se muestran dispuestas
a entrarle a los proyectos fiscales y hasta hablan de aplicar una “vía rápida”.
La Asamblea ha tenido propuestas para modificar los impuestos y otras para cortar gastos. El Poder Ejecutivo ha enviado varias iniciativas, y hasta las ha cambiado a lo largo del tiempo. Ha costado que los proyectos avancen. Ejecutivo y Legislativo se culpan mutuamente por la lentitud.
ACUERDOS POLÍTICOS. La dificultad de los acuerdos políticos siempre se ha visto como un problema en nuestro caso. Las calificadoras de riesgo así lo señalan. Por ejemplo, el 18 de enero de este año, hace un mes, la calificadora internacional Fitch, cuando nos mantuvo en BB (grado especulativo) pero nos bajó la calificación de perspectiva estable a negativa dijo: “…El escenario base de Fitch asume que el ganador tendrá otro gobierno minoritario y enfrentará desafíos de una legislatura altamente fragmentada. Esto podría complicar la construcción de coaliciones y aumentar la parálisis legislativa y la inercia de las reformas, especialmente en cuestiones fiscales controvertidas”. (Traducción libre del comunicado de prensa). El fenómeno lo califica con crudeza: lo llama parálisis legislativa.
UN MILLÓN DE MILLONES. El ajuste que se debe hacer es de un poco más del 3% del PIB. Es decir, entre el recorte de los gastos del Gobierno Central y el aumento de los impuestos, se debe llegar a una suma cercana a un millón de millones de colones. Eso es mucha plata. Y ¿sobre quién se va a cargar la mano? ¿Todo en impuestos? ¡No!. ¿Todo en recorte de gastos? ¡No! Esa es la dificultad de avanzar en este tema. Pero el tiempo se acabó y hay que buscar soluciones prácticas. Sólo la negociación nos permitirá encontrar esa salida.
La realidad
política nos indica que si en la Asamblea actual se quiere avanzar, hay que
aprovecharlo. Hay un proyecto en la mesa, sobre el cual se puede trabajar. Pero
la realidad política también nos dice que los dos candidatos que están
disputando la segunda ronda deben ser parte directa de estas negociaciones. Al
fin y al cabo, uno de ellos será al que le toque recoger los frutos de lo que
se apruebe. Y de igual manera, ambos deben ser responsables de lo que ahí
salga.
Si no se involucran, se juegan el riesgo que otros
decidan por ellos, hagan una reforma que no alcance, les impongan condiciones
que les amarre las manos, y arranquen con el pie izquierdo.
CONCLUYO. Ya no hay tiempo para
cálculos electorales; siempre reclamé que durante la primera parte de la
campaña esto no se hablara con claridad. Pues bien, en este segundo tiempo, tienen
que echar toda la carne al asador.
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