sábado, 13 de enero de 2018

EN PROPUESTAS ELECTORALES, EL DIABLO ESTÁ EN LOS DETALLES. 13/1/2018

NOTAS AL TEMA

EN PROPUESTAS ELECTORALES, EL DIABLO ESTÁ EN LOS DETALLES

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Si hay algo en que podemos estar tranquilos los ciudadanos es que temas como el empleo y  el déficit fiscal están en la agenda de los candidatos a la Presidencia. Todos ofrecen crear empleos en montos distintos y todos han expresado que van a reducir el déficit fiscal.

VOTO INFORMADO. Hace bien el TSE en pedirnos que nos informemos antes de ir a votar. Es muy meritorio el esfuerzo que hizo esta semana para llevar a través del Canal 13 una conversación con todos los candidatos. Claro que el formato que usó es muy estrecho para entender realmente lo que los candidatos y sus equipos piensan sobre la forma de enfrentar los problemas nacionales.  Quedan muchas cosas por explicar.

LO QUE NO ESTÁ CLARO. Volviendo a los temas del empleo y del déficit fiscal, lo que no queda claro es cómo van a llegar a la oferta que están haciendo. Y es que dependiendo de los mecanismos que se usen para crear empleos y arreglar los temas fiscales, van a tener que tomar decisiones que harán que unos grupos salgan mejor parados que otros.  La magia de la política económica: repartir las cargas, o mejor dicho, repartir el excedente socialmente producido. 

Para que haya crecimiento en el empleo se necesita que la economía crezca. De acuerdo a los datos de años recientes, con tasas de crecimiento del PIB entre 3,5% y 4,5% anual no alcanza, pues hemos tenido tasas de desempleo entre 9% y 10%.  Esto lo que nos dice es que si queremos que el desempleo disminuya, el crecimiento de la economía debe, al menos, ir por encima del 6% anual. 

Y el crecimiento económico requiere muchas condiciones y precisiones de política. ¿Cómo va a ser la política monetaria? ¿Expansiva o restrictiva? ¿Y el crecimiento del crédito? ¿Cómo se van a manejar las tasas de interés?  ¿Cómo va a ser la política del tipo de cambio? ¿Y la política salarial? ¿Se van a hacer modificaciones en la reglas del mercado laboral? ¿Se seguirá con la política de metas de inflación?

Observe el lector que estas cosas afectan de manera distinta a unos y otros. Pero son temas que deben estar medianamente claros para entender por dónde irá la procesión.

El impulso productivo pasa también por articular un diálogo con el sector privado, por desarrollar un clima de negocios aceptable, por atender y resolver asuntos de tramitología, el costo de la energía, el transporte de mercancías, modernización de infraestructura. ¿Habrá políticas sectoriales que privilegien el empleo? ¿Qué rol va a jugar la ciencia y la tecnología? Qué papel se le va a dar al capital natural? ¿Y a los  emprendedores y Pymes? ¿Irá a haber un encargado de dar seguimiento a las metas del empleo? ¿Con cuánto poder? ¿Cómo se va a conciliar la política macroeconómica con las políticas sectoriales?  En fin, “son muchos detalles en donde se esconde el diablo”.

Y es bueno recordar esto, porque si se quieren cambios las cosas deben hacerse de manera distinta. Si la política del Banco Central va a ser la misma, difícilmente las cosas cambien mucho.  Si se va a privilegiar la estabilización económica sobre otras metas, difícilmente se logren resultados distintos. De igual forma, si la situación deficitaria del Gobierno Central sigue manejándose como hasta ahora, nada positivo se puede esperar. Pero este asunto fiscal lo trataré en un próximo comentario.

Y hasta aquí no he dicho nada de lo que puede venir del mundo exterior, con señales mixtas en cuanto a crecimiento de la economía mundial, aumento de las tasas de interés y el comportamiento del mercado de las materias primas.

EN CONCLUSIÓN. No es que les estemos pidiendo una propuesta con todos los detalles. Sería lo ideal, puesto que los candidatos han dicho que el empleo es una preocupación principal y debieran estar listos para arrancar el 9 de mayo con su programa de empleo. Pero sí hay asuntos donde deben ser más claros. Lo que no se vale es que después de tomar las riendas del país, nos vengan con la ya célebre frase de que “una cosa es verla venir y otra bailar con ella”. Lo que está en juego es demasiado serio.




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