NOTAS AL TEMA
NO MÁS ASPIRINAS.
Guillermo
E. Zúñiga Chaves
La semana pasada indicaba que la Tesorería estaba trabajando muy presionada
en sus captaciones, y la señal que proyectaba era de gran necesidad de
recursos. Esta situación, decía, le
permitiría a los que le prestan plata exigir tasas de interés cada vez más altas.
Y agregaba: “por ser la Tesorería un gran jugador en el mercado, lo que suceda en
esas transacciones, tiene efectos en las tasas de interés del resto del
sistema.” (Notas la Tema, 23 de diciembre de 2017).
Después de enviar ese comentario para su publicación, circuló en el medio financiero y bursátil la
noticia que el jueves 21 de diciembre la Tesorería había captado la suma de US$339
millones en la Bolsa Nacional de Valores.
Fue una captación a 18 meses y pagó un
rendimiento de 6,03%. Al inicio, cuando
llevó el bono, la Tesorería ofreció pagar 4,03%. Entonces, en la puja con el
mercado para recoger la plata, la Tesorería
se vio obligada a subir 2%. El
mercado le exigió tasas más altas.
Esta es una pésima noticia para
cerrar el año. Si bien esta semana por ser la última
del año no ha habido mayor actividad, tendremos que ver de cerca qué ocurre con
las negociaciones de inicio de año. Una
captación de este monto, viniendo del Ministerio de Hacienda, debe afectar al
resto del sistema. Y más serio aún, afecta el valor de los títulos que ha
emitido la Tesorería y que hoy están en las carteras de los fondos de pensiones
y los fondos de inversión.
El mercado ya observó la
urgencia; el mercado ya probó hasta dónde llega la Tesorería, el mercado “ya le
tomó el pulso”…. Con este escenario nos recibe el año entrante. Hacienda anunció
que al día siguiente, el 22 de diciembre, pagaría los salarios adelantando la fecha de
pago. ¿Una forma de compensar las congojas que se vivieron en la primera
quincena?
Estos recursos, más lo que ingresaron por impuestos en diciembre, han de alcanzar para subir la cuesta de enero. ¿O no será suficiente? Las próximas
salidas al mercado por parte de la Tesorería nos lo dirá. Mientras tanto, todavía
le queda pendiente la famosa captación de US$1.500 millones que hace días nos
habían anunciado pero que no se ha concretado.
LA PELOTA PARA ADELANTE.
A base de endeudamiento se tira la pelota para adelante.
Pero esto no pude seguir así. La contingencia que se vivió con el pago de la
primera quincena de diciembre, esta captación extraordinaria de la semana
pasada, el interés tan alto que tuvo que
pagar, son señales de la estrechez con que se está viviendo día a día en la
Tesorería. Conozco al equipo que lleva adelante
estos esfuerzos; son funcionarios muy profesionales. Pero tampoco pueden hacer
milagros. El mercado irá pasando la factura poco a poco. Esto se ha venido advirtiendo
hace mucho tiempo. Y eso se irá reflejando, lamentablemente, en aumentos en las
tasas de interés.
ALGUNAS CIFRAS. Al mes de noviembre pasado
el déficit acumulado del Gobierno Central era -5,0% del PIB. Un año atrás fue
-4,3% del PIB. A como pintan las cosas, este año 2017 cerraremos con un déficit
en torno al -6,0% del PIB. Y la deuda crecerá cerca de 4 puntos más del PIB.
Los intereses que pagó el Gobierno entre enero y noviembre de este año fue 23,5% más alto que lo que pagó
el año pasado en el mismo periodo. El peso de los intereses crece cada vez más.
Esto es el resultado del endeudamiento
que se ha utilizado para evitar ajustes reales, valga decir, hacer una reforma
hacendaria que incluya control de gastos y reforma en impuestos. Y esto seguirá así, si no hay un cambio de
actitud en los actores políticos y sociales.
CONCLUYO. Valga el cierre del año que hoy estamos celebrando, para hacer
votos para que enfrentemos con responsabilidad estas urgencias nacionales. No
más aspirinas; soluciones verdaderas. Estas amenazas abren grandes oportunidades.
Este país que ha mostrado gran fortaleza frente a la adversidad, merece un
nuevo esfuerzo para alcanzar un acuerdo nacional que resuelva de una vez por
todas estas premuras. Que así sea. Mis mejores deseos para el año que está por
empezar.