sábado, 30 de junio de 2018

“CRISIS DE NERVIOS”. 30/6/2018

NOTAS AL TEMA

“CRISIS DE NERVIOS”

Guillermo E. Zúñiga Chaves

Esta semana conversando con un amigo le preguntaba cómo estaba viendo las cosas. Este señor desarrolla sus negocios en actividades relacionadas principalmente con el mercado interno. Su respuesta fue: mirá, lo que estamos viviendo  es una crisis de nervios”.  Nadie sabe qué es lo que va a pasar, ni cómo se va a resolver esta “vaina fiscal”.  Insiste: “nos tienen a todos a la espera”.

CONTRACCIÓN DEL MERCADO INTERNO.  Repasamos juntos que por cualquier lado que se “vengan los tiros”, habrá una contracción de los negocios internos. Se van a contraer los gastos públicos.  Muchas empresas que tienen al gobierno como cliente, lo van a resentir. Se van a contraer los ingresos de los servidores públicos, que también consumen.

Los impuestos le van a quitar plata a la gente, con lo cual su capacidad de compra y su capacidad para atender deudas va a disminuir.  Es muy posible que el consumo caiga. Si no hay a quien venderle, pues los negocios se van a ver afectados y tampoco habrá interés en hacer nuevas inversiones.  Me dirán que este es un argumento keynesiano, pero es que así funciona la economía. Si se le “jala mucho el rabo a la ternera de la austeridad,” nos podemos quedar con la cola en la mano.

Me atreví a decirle que si las cosas se hacen bien, es decir, en monto, en gradualidad,  con progresividad en el reparto de las cargas, y en oportunidad (esto es que no dure mucho la discusión para tomar las decisiones), el efecto fuerte será entre 12 y 18 meses y a partir de ahí podremos empezar a mejorar, Dios primero, en forma sostenida.  Esa es mi apuesta.

ARRANQUE DEL AÑO.  Pero hay algo más: las cosas no han venido caminando muy allá en lo que va del año. Por ejemplo, el crédito del sistema bancario al sector privado en estos cinco meses del 2018 está estancado; más bien comparando el saldo a mayo del 2018, con el dato de diciembre de 2017, hubo una reducción de unos 60.000 millones de colones. Esto no ayuda a la mejora productiva. De acuerdo a cifras del Banco Central se ha desacelerado el crecimiento económico. Por ello la tasa de desempleo del primer trimestre ya llegó, lamentablemente, a más del 10%. Las tasas de interés han ido al alza poco a poco.

Por lo pronto, el tipo de cambio no ha mostrado mayor variación; su comportamiento ha sido muy estable.  Sin embargo, durante estos primeros meses el BCCR se ha gastado cerca de US$ 140 millones. El 2 de enero del 2018 el saldo era US$7.149,8 millones; el 26 de junio de 2018 el saldo fue US$8.012.0 millones.  Para que el lector no se confunda le recuerdo que en marzo de este año entraron los US$1.000 millones del préstamo del Fondo Latinoamericano de Reservas. El tipo de cambio anda estable; pero estamos quemando reservas.

Y esto hay que tenerlo presente, pues se observa al mismo tiempo un alto grado de dolarización de los créditos otorgados por el sistema bancario al sector privado. Cerca del la mitad están dados en moneda extranjera. Este es un asunto del mayor cuidado, en el tanto se pueden estar incubando riesgos cambiarios en los balances de los bancos. Además de los riesgos por aumento de la morosidad que se pueden presentar ante la disminución de la capacidad de pago de los deudores.

URGE DEFINICIÓN POLÍTICA. “… el Gobierno del Bicentenario es plural…. y aspira a sustentarse en el diálogo, en la construcción de entendimientos, ….”, dijo el Presidente Alvarado en su discurso del 8 de mayo. Alrededor  del tema fiscal ya enfrentó el primer paro nacional; si hay mesa de trabajo con sectores o  negociación contra propuestas específicas, debe definirlo de inmediato. Si el Presidente expresó anuencia a la  mediación de la Iglesia Católica, que la concrete. Dialogar y negociar, no significa atrasar los acuerdos. Y definir si el Ejecutivo va por un texto sustitutivo o por la redacción de mociones específicas debe ser pronto.    

CONCLUYO. Atrasar la definición del manejo de la situación actual, no solo de lo fiscal,  nos puede salir muy caro. Lo que estamos viviendo es algo más que un “ataque de nervios”.




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